miércoles, 13 de abril de 2016


KOHANIM


 Son muchas las leyes del judaísmo que parecen haber quedado en el tiempo y suenan irracionales para los escépticos. Un ejemplo son todas las leyes que refieren a los “kohanim”, los sacerdotes del pueblo judío.
 ¿QUÍENES SON LOS KOHANIM?
Los kohanim son los descendientes  de Arón, el hermano de Moisés. Está escrito en la Torá que Iaccov tenía doce hijos. Cada hijo fue el fundador de una de las doce tribus de Israel. Cada tribu recibió su territorio a excepción de la tribu de Leví. Los varones de la tribu de Leví se ocupaban del santuario, y Arón junto a sus hijos fueron elegidos para la función sacerdotal, de carácter hereditario.
Constituye una equivocación frecuente pensar que el estatus de kohen está relacionado con el apellido de la persona (cohen, Kohon, Kohn, Kats, Kaplan y sus derivados). Si bien muchas veces es así, otras tantas no y existen kohanim que tienen apellidos totalmente distintos a esa raíz. Pueden ser tanto Ashkenazím como sefaradím.
Durante la existencia del templo de Jerusalén, los sacerdotes tenían tareas específicas reservadas solo para este linaje. Hoy en día continúan desempeñando un papel especial al ser los primeros en ser llamados para decir las bendiciones sobre la Torá en las ceremonias religiosas. En algunas comunidades siguen dando la bendición sacerdotal.
PUREZA RITUAL
Los Kohanim constituían una orden sagrada en el Templo de Jerusalén y aun hoy en día para mantener lo que se llama la Pureza Ritual, los Kohanim cuentan con varias restricciones. No pueden entrar a cementerios ni tener contacto con cadáveres (a excepción de algunos familiares directos).
 No se les permite contraer matrimonio con ninguna mujer divorciada, conversa, descendiente de una conversa, o considerada deshonrada (cualquier mujer judía que haya mantenido relaciones sexuales con un hombre que esté considerado prohibido para casarse con ella de acuerdo a la ley judía. Un ejemplo es un hombre no judío.) 
Tampoco pueden casarse con mujeres que hayan sido violadas.
El kohen que se casa con una mujer prohibida para él según la ley judía es denominado kohen jalal (inhabilitado para el servicio sacerdotal) y hay quienes dicen que su matrimonio es sin bendición. Un hijo nacido de esta unión es denominado Jalal y no podrá ser sacerdote, al igual que toda su descendencia que será jalal por el resto de las generaciones, salvo que se case con una gentil y sus hijos serán goim. La hija mujer de un kohen y una mujer prohibida para él es denominada Jalalá y un kohen tiene prohibido casarse con ella.
Ser kohen se transmite de padre a hijo. Por eso el término kohen es usado para referirse a los hombres. La hija del kohen también tiene un estatus especial, por ejemplo no tiene que hacerle el ritual de “Pidión a ben” a su hijo primogénito, y en la época del Beit Hamikdash  (templo de Jerusalén) recibía algunos de los beneficios de su linaje  como poder comer una parte especial de las ofrendas. Para no perder su estatus era recomendable que se case con un kohen ya que solo seguía obteniendo privilegios de esta manera. Si no se casaba con un kohen solo le estaba permitido casarse con un sabio de la Torá. Vale aclarar que la hija del kohen tenía que cumplir con todos los requisitos enumerados en el párrafo anterior para estar apta a contraer matrimonio con un hombre de su linaje y recibía castigos severos si cometía algunas transgresiones que la inhabilitaban para casarse con un kohen
.¿QUÉ PIENSAN LOS CONSERVADORES ACERCA DE ESTAS LEYES?
En el mundo de la observancia estas leyes son algo muy serio y se respetan con la misma determinación que las leyes del Kashrut (dieta) y Taharat Hamishpajá (pureza familiar).
Por otro lado, la rama conservadora del judaísmo hace tiempo que decretó una especie de “ley de emergencia” y decidieron que cualquier unión entre una mujer y un hombre judíos  esté permitida para evitar la asimilación.  Argumentan que mientras no exista el templo de Jerusalén, los kohanim no tienen que cuidar una pureza reservada para tareas y rituales que hoy en día no pueden ejercer.

Sin embargo los judíos aguardan la llegada del Mesías, cuyo advenimiento hará que sea reconstruido el templo. Por esta razón la línea observante considera que los argumentos de los conservadores darían cuenta de su falta de fe y distancia de las sagradas escrituras.