martes, 22 de marzo de 2022

Que ocurre cuando los psicópatas toman el poder político?


por Andrea Indij. Psicóloga especializada en investigación del Trastorno  Narcisista


 Qué ocurre cuando llegan los psicópatas al poder político?

: “La psicopatía en personalidades corruptas se manifiesta como una incapacidad de reconocer al semejante y por la ausencia de conciencia moral, sentimientos de culpa, arrepentimiento y posibilidad de aprendizaje. Sus manipulaciones promueven el cinismo, sometimiento y miopía fanática.”

José Eduardo Abadi


En los últimos años ha habido un aumento en el número de víctimas de manipuladores patológicos. Una hipótesis del motivo plantea las opciones de que los psicópatas integrados son más efectivos y se cansan más rápido de sus víctimas o que aumentaron en número; siendo esta última la causa más probable.


Vivimos en una sociedad en la que los valores que se estimulan son muy parecidos a las características de los narcisistas encubiertos y en donde el rol socializador de los padres se desmembró. Sumado esto a un bombardeo de los medios de comunicación y  redes sociales portando el mensaje de que una vida "corrupta" es más fácil y beneficiosa.


Esto, da como resultado la crisis de valores que estamos atravesando y que se convierte en el mejor caldo de cultivo para las personalidades sin empatía.


En los últimos meses escuchamos comentarios y mensajes políticos que se ajustan al concepto psicoanalítico de “canalla”.


Quién es un canalla? Lacan dice que canalla es “el que sabe que es bueno para los demás”.


Entonces algunos miembros de la clase política se auto perciben como los “propietarios de la sexualidad y del goce” de la población.


Cuando los narcisistas toman el poder actúan del mismo modo que en el resto de las áreas de su vida. Ya vimos cómo es este modus operandi: Seduce, traiciona y destruye.

Lo hace con el ciclo del abuso narcisista.


Cómo sería esto en la política? Es lo más traumático, lo más horrible y lo más confuso.

Atraviesa las mismas fases y manipulaciones que hacen los psicópatas en una relación:


Primero bombardean de amor con promesas:  “Argentinos, la vida de ustedes es muy importante, yo los estoy cuidando, nos importa cada vida, yo los protejo…”


Luego comienza el Reforzamiento Intermitente (premios y castigos que confunden).


Siguiendo la Devaluación con Mecanismos de Manipulación (“divide y reinarás”).


Luego Triangulación (generando un enemigo afuera)


Posteriormente  Gaslighting: "si yo no dije eso". "Cuándo dije eso?". "Estás del tomate” (atacando directo la percepción).


Ahí aparece la adicción a la ilusión por parte del pueblo,  de volver al estadio de bombardeo de amor. La sociedad está en estado de shock y ve dos realidades “esta persona me ama" vs "esta persona me miente, me está engañando”, generándose la disonancia cognitiva. 


Fase de Descarte y luego Hoovering :”nos dimos cuenta que nos equivocamos; pero ahora vamos a hacer las cosas diferentes y vamos a solucionar todos los problemas, los amo argentinos”.


Y el ciclo vuelve a empezar. Nunca hay paz.


Y ya estamos con el síndrome de indefensión aprendida.


La palabra de un político puede ser muy linda para conseguir el voto; pero una vez que lo tiene comienza con la devaluación de su víctima, quien queda sola.


Y el psicopata siempre gana.


Una pregunta frecuente es si los psicópatas se unen. O si “comen carne de su carne”.

Pues estamos ante la presencia del hecho de que arman alianzas y coaliciones.


En ocasiones pueden admirarse durante años; pero tarde o temprano, cuando algo no les salga del modo que planificaron, comenzarán a endilgarse culpas y responsabilidades. Ya sabemos que tienen una incapacidad para asumirlas.


Se manejan con mecanismos de proyección y comenzarán a comerse las cabezas entre ellos.


Hasta que el más fuerte fagocita al otro. Sólo sabremos quién es el más poderoso "apres coup" (después del golpe).


Recordemos que los narcisistas patológicos consumen idolatría y admiración.

Los psicópatas integrados consumen poder.


Los psicópatas y narcisistas que llegan al poder no buscan ejercer el bien común, ni mejorar o aprender, sólo tienen lujuria por posiciones de dominio sobre los demás.

domingo, 5 de septiembre de 2021

Permanecer ¿Por qué las parejas de los narcisistas patológicos parecen capaces de hacer y soportar cualquier cosa para evitar que la relación termine?


 Desde ponerse en situaciones de riesgo, ir corriendo todos sus límites hasta llegar al punto de negociar lo que siempre pareció innegociable.

La respuesta está en la desesperación por conseguir el amor de su “pareja”. Las víctimas se van transformando en mendigos de amor y con ese “hambre de amor” terminan haciendo una sobre oferta, es decir dando de más. Se exceden, hacen de todo con tal de que el otro se quede. Es tan grande el temor al abandono que las víctimas se desdibujan con tal de retener al narcisista.


La psiquiatra Marie France Irigoyen estipula a las parejas de los perversos narcisistas como “personalidades pre-melancólicas” y coincidimos con ella en que esa relación anestesia otro dolor, ese que proviene de una falta constitutiva y estructural. Es como el alcohol que anestesia al alcohólico o el adicto que consume para tapar un vacío y entonces no pueden soltarse del vínculo debido a que están ilusionadas y piensan que “algún día va a cambiar y volverá a ser la persona que conocí”. Sin darse cuenta que la persona que conoció en la fase del bombardeo de amor no existe y nunca existió:


La máscara del narcisista estaba llena de atributos que no eran reales, la pareja le sigue subiendo el precio y le sigue agregando los brillos que le faltan.


Ya vimos que las víctimas son personas con un temor mórbido a ser abandonadas. Se ponen en riesgo y son capaces de hacer cualquier cosa con tal de que su pareja se quede. Empiezan a aceptar condiciones con las que jamás en la vida estuvieron de acuerdo:


Condiciones de relación, 
condiciones sexuales, 

condiciones económicas,etc.


O sea que comienzan a ir en contra de sus propios principios y los propios valores. Finalmente sienten que han perdido la dignidad, Sintiendo mucha vergüenza entonces se van aislando cada vez más. Sienten que no tienen con quien hablar de lo que les sucede.


Las víctimas no son masoquistas ni personas a las que les gusta sufrir. Permanecen en el vínculo porque han naturalizado el dolor. Piensan que esa es su vida y le ruegan al universo para que algo cambie. Y así pierden su propio yo, la dignidad y la propia historia.


Por supuesto que siempre está presente la promesa de que el ser que ahora la devalúa volverá a ser el mismo de la fase del bombardeo de amor. 
Esto implica la presencia perpetua de la ilusión ( “Algún día calmará mis miedos, o me brindará placeres inimaginables que solo existen a su lado”). 
En este tipo de creencias se sostiene la permanencia en el vínculo, porque quien me denosta hoy, me ha dado momentos mágicos calmando mis miedos y cumpliendo mis sueños más atesorados ayer. Y lo puede volver a hacer si yo hago lo correcto.


Aquí se genera la adicción al control. La víctima está llena de culpa y piensa que si ella es la que genera el malestar de su pareja, también entonces tiene el poder de hacer que eso no suceda. Hace contorsiones para no fastidiar al narcisista sin comprender que cualquier motivo es una excusa para el tratamiento silencioso, la triangulación, el gaslighting o cualquier tipo de manipulación.

viernes, 27 de agosto de 2021

Salomónicos




 Salomón no pensaba herir a la criatura; sólo quería ver la manera en que reaccionaban las mujeres.

Al oír tal proposición una de las dos aceptó, mientras que la otra le rogó al rey que por favor no hiciera semejante cosa, que mejor se lo diera a la otra mujer; pero sin hacerle daño al bebé. Al observar la reacción de esta, Salomón supo quién era la verdadera madre del niño. A un psicópata no le interesa en lo más mínimo el mal que pueda causar a sus hijos.

La justicia debería comprender que cuando un progenitor no cumple con sus obligaciones, automáticamente el otro queda sobrecargado de tareas. Al incumplir los acuerdos establecidos, está dando prueba suficiente de que no tiene ninguna empatía con sus propios hijos.

En un proceso judicial, los manipuladores patológicos van a elegir profesionales (abogados, peritos de parte) que desconozcan la existencia de seres atípicos como los psicópatas ya que de esta forma serán muy fáciles de manipular. Así, lograrán recibir frente a la justicia informes favorables y a la medida de sus necesidades.

Muchos colegas, de buena fe, caen en la seducción de estos personajes que se valen de encanto personal para lograr sus fines. Dada la oportunidad, elegirán profesionales poco éticos y corruptos a tal punto de llegar (literalmente) a manipular juzgados enteros. A un sicópata integrado no le importa por lo que puedan llegar a atravesar sus hijos hasta encontrar a los profesionales que necesita para lograr sus fines.

Cuando a un narcisista patológico no le salen las cosas como lo planea puede llegar a caer en depresión.

Por ejemplo: 

Derivado por un colega, atendí un sujeto que en un primer momento parecía que consultaba por la desesperación y la angustia sufridas debido a la depredación de su ex pareja. Contaba que la “psicópata narcisista” le había hecho falsas denuncias de violencia y hacía más de un año que no tenía contacto con sus hijos. A medida que avanzaba la conversación, comentó que necesitaba un profesional de la psicología que entendiera del tema y pudiera en primer lugar explicarle a su abogado todo el fenómeno de la Psicopatía Narcisista para que este tuviera argumentos a la hora de defenderlo. Por otro lado decía que iba a necesitar un informe manifestando su aptitud psicológica para lograr la revinculación con sus hijos. Decía que “había estado investigando sobre el tema de… ehhh, como se llamaba…no estoy seguro…” Y fingía no recordar los términos “psicopata” y“narcisista”. Cada vez que debía pronunciar estas palabras decía: “Ay, no me acuerdo cómo se le llama a eso…”. Cuando un psicólogo detecta que está frente a un perverso narcisista, la ética profesional enseña que no debemos atenderlo. 

¿Por qué?

Como ya contamos en notas anteriores y repetiremos hasta el hartazgo, no es nuestra función dar herramientas a un perverso y mucho menos arriesgarnos a ser objeto de su manipulación. 

Esto es tan taxativo porque estos seres son muy difíciles de identificar. Incluso para los expertos en el tema.

La manipulación del profesional por parte de uno de estos seres causa estragos. Estos daños, irreparables para la víctima y para los hijos, son mucho más habituales de lo que se piensa y urge subsanar todos los efectos nocivos del mal uso de las instituciones que hacen los manipuladores.

Capacitar sobre estos temas a los profesionales que actúan en la justicia, es una herramienta para comenzar a neutralizar, desenmascarar y detectar a los psicópatas integrados.

Internet


 Quienes consumen esos sitios de citas creen siempre que están eligiendo mal por la percepción de que siempre puede haber alguien mejor. Y entonces se “acumulan” candidatos y el “banco de suplentes” permanece continuamente completo. Infinitos contactos; pero a la hora de sentirse acompañados no hay nadie allí. Las aplicaciones invitan a ponerse a prueba y esto expone una debilidad coyuntural: el ensamble que se da entre una persona narcisista con otra codependiente pone en evidencia que ambos comparten una “falla narcisista”: La víctima y el depredador utilizan los mismos mecanismos, proyección y negación. Al contrario que el depredador, la víctima proyecta amor, ilusión y re narcisiza al candidato que en un primer momento lo único que va a demandar es admiración.

Cuando ocurre el “match”, ese encuentro en donde ambos pusieron los corazones, (o likes, o pedidos de amistad) el codependiente que un momento antes sentía que no tenía ningún valor, comienza a sentirse valioso y empoderado por la coincidencia. Y es que recordemos que los codependientes necesitan a un otro que les dé identidad.

Entonces salen al mundo con su falso “Yo”, ocupándose de sostener esa imagen para que el otro no descubra quién es en realidad. El falso Yo es otra de las características que tienen en común codependiente y depredador; pero mientras que este último carece de sentimientos de culpa y empatía, el primero tiene una tendencia a la culpa que lo vuelve manipulable, siendo esta una vulnerabilidad que le abre grietas por donde entran las personalidades psicopáticas en su vida.


El codependiente “paga” por un abrazo y si no consigue pareja siente que fracasa ya que en su sistema de creencias están instalados modelos ideales de la vida de a dos. Mientras que una personalidad pre-melancólica idealiza y les sube el precio a los otros, haciendo de un pinito desgarbado el más bello de los árboles adornados y luminosos en una mágica navidad, una personalidad narcisista carece de empatía para poder conectar y lograr una verdadera intimidad al no tener en cuenta al otro. Si no lo veo, no lo puedo amar. En ese caso lo que se ama es la ilusión que me hago del otro.


Este es el verdadero “match” que se da entre un perverso narcisista y un pre-melancólico: ninguno ve al verdadero ser que es el otro.


Un tema recurrente en todas estas columnas es la facilidad con que los codependientes van corriendo sus límites para que el otro los elija. Hacen cualquier cosa para que se quede con ellos y entonces aceptan situaciones que ni siquiera se dan cuenta de que les están haciendo mal; pactando contratos que los incomodan y que sus cuerpos registran con mucho malestar aunque sus alarmas desactivadas niegan y siguen adelante.


En los intentos por armar nuevos modelos de amor se escuchan las expresiones “poliamor”, “relaciones abiertas”, “intercambio de parejas” y en esta búsqueda de nuevas formas de vincularse no se tiene en cuenta que los poli-amores implican poli-problemas y es que esto existe desde que el mundo es mundo.

miércoles, 7 de julio de 2021

Los psicópatas en la justicia.

 



El descarte “final”, cuando se termina un matrimonio con un psicópata, ocurre cuando el depredador consigue una nueva víctima. Ya que acabó casi por completo con su pareja o porque "se hace dejar", actuando de manera torpe a la hora de esconder las infidelidades, excediéndose en la triangulación y  abusando en forma burda de los mecanismos de manipulación (como el gaslighting y el tratamiento silencioso). Muchas veces la víctima, agotada, dice “basta” y cansada de la "tomada de pelo" decide pedir el divorcio unilateral.

En un primer momento la víctima que todavía no comprende la situación que está viviendo, piensa que con el divorcio se terminarán sus problemas. Los psicópatas no aceptan perder sus fuentes de combustible y comienzan a obtener el suministro a través del proceso judicial. En nuestro país no hay hasta el momento una legislación que contemple el abuso narcisista. Sólo se legislan los actos sangrientos. El artículo 34 habla de "asesinos o delincuentes que tienen el juicio conservado, conciencia y comprensión del acto en el momento de cometer un delito". Pero la justicia no tiene en mente la posibilidad de un ser atípico como el psicópata  adaptado a la sociedad.

Para la justicia todos los padres son iguales y con la excusa del interés superior del niño, obligan a los menores a relacionarse con sus progenitores sin tener en cuenta que al psicópata no le importa dañar a sus hijos destruyendo el sistema afectivo, emocional y psíquico de los mismos, de la misma forma que abusó de la madre o padre, ya que como siempre aclaramos esto no es una cuestión de género.

Ahora vemos que la carrera destructiva del depredador no termina con el divorcio, especialmente cuando hay hijos en común, este tipo de hostigamiento va a ir escalando. Primero culpará a la víctima de “la destrucción de la familia”, ese mensaje será transmitido a los hijos mostrándose el sicópata como una víctima. La presa intentará proteger, sin éxito, a los hijos. El proceso será distinto si el psicópata  es hombre o mujer. En el caso de un hombre psicópata, en un primer momento  actuará como si estuviese arrepentido frente a los posibles testigos, se mostrará como un buen padre que se preocupa y se ocupa de los hijos, mostrándose débil y necesitado para hacer que su ex se sienta culpable y compasiva. La víctima pensará que los hijos no tienen porque sufrir la separación de los padres y pensará que al igual que en un divorcio común (el de dos personas empáticas), los hijos necesitan convivir con ambos padres por igual. En ese momento,  el psicópata  buscará obtener una ventaja económica y comenzará el control y las manipulaciones sutiles sobre los hijos para seguir devaluando a la madre. En algún momento empezará a pedir reuniones en el colegio,  con el pediatra, terapeutas o profesores de los hijos a  espaldas de la madre para mostrarse como un padre preocupado y dando a entender que la madre sufre  algún desequilibrio psicofísico.

Con esta maniobra confundirá al entorno y a los hijos, que cada vez tendrán más dudas sobre una madre desautorizada, desvalorizada, débil e indigna de confianza.

Si alguno de los hijos se muestra leal a la madre, esto desatará la ira narcisista con represalias pasivo-agresivas que los hará sucumbir a través de una extorsión sutil y jugando a ser la víctima de su víctima. Si quiere destruir por completo a su presa, el narcisista  captará a los hijos como una secta y los alejará de la madre;  quedando ésta en un estado de desolación, agotamiento, desgaste físico, mental y económico. Mostrándole a la sociedad "lo desequilibrada que es" y dejándola sin la chance de tomar decisiones acertadas. La víctima se siente, impotente, insegura, deprimida, desamparada. Ha perdido su libertad y está acorralada. Ya no sabe qué más puede hacer.

El depredador no se detiene y la sigue atacando con cartas documento, desestabilizándola aún más. Ya no pasará la  cuota de alimentos; pero mentirá y a los hijos les dirá que siempre cumple con sus obligaciones parentales.

En los casos  que no le es tan simple quedarse con los hijos, comenzará a mandar demandas diciendo que la madre obstruye el vínculo,  levantando dudas en el juzgado y desestabilizando una vez más a la víctima a nivel económico, ya que la misma tendrá que pagar las costas de sus abogados.

Llegado este punto la víctima se ha ido desmoronando,   quedando cada vez más aislada a nivel social ya que el entorno se agotó de ser testigo del  proceso. En definitiva la revictimizan.

La próxima semana les contaremos cómo sucede este proceso cuando la psicópata es la mujer.

Recordemos que la sociedad tiene el potencial necesario para poder detener las acciones psicopáticas. El primer paso es visibilizar este tipo de abuso.

La narcisista patológica en el divorcio.

 

La gente suele preguntarse por qué una víctima estuvo tanto tiempo en pareja con un manipulador patológico. Nosotros ya vimos que es debido a la “adicción a la ilusión”, generada por el “juego de la esperanza tóxica” El manipulador, luego de generar un estallido emocional en la víctima, puede invitarla a tomar un café como si nada hubiera pasado y le propondrá hacer un pacto de paz (como veremos adelante, es lo que en el lenguaje de los sobrevivientes a narcisistas se denomina “falso pacto de paz”). 

Esto es algo que confunde, desorienta y angustia a quien, sensible a los problemas y sentimientos del otro, no comprende lo que está pasando porque hace un momento se hizo un pacto donde se prometió no repetir el ataque que provocó el estallido emocional y tan sólo instantes después se incumplió la promesa. Esta disonancia cognitiva en que queda sumergida la víctima, conlleva un nivel de violencia solapada altísimo.

Cuando ocurre el descarte y se acerca el divorcio, las psicópatas comienzan a trabajar sobre los hijos para en algún momento convertirlos en sucursales de sí mismas. 

Al principio la narcisista actuará como una víctima, interpretando a la perfección este papel que tendrá muy bien estudiado. Al saber qué les sucede a las verdaderas víctimas y cuál es el comportamiento de los psicópatas hombres, puede fingir enfermedades graves como el cáncer. También puede que invente un embarazo y luego dirá que lo perdió por los abusos (en algunos casos pueden mostrar estudios médicos de personas que están pasando por eso y decir que son de ella). Algunas, tienen comorbilidad con el síndrome de Münchausen y son capaces de dañarse para requerir atención médica. Llegada esta instancia, la narcisista puede pedirle a su marido que no se separe poniendo como excusa a los hijos de la pareja. La culpa será la herramienta principal que la psicópata utilizará para manipular a su pareja y de este modo logrará obtener un convenio, ventajoso para ella y extremadamente injusto y desfavorable para su ex marido. 

Una vez el acuerdo se haya homologado en el juzgado, comenzará a castigar a su ex poniendo a sus hijos en contra de él. Esto lo hará de manera paulatina, tomándose su tiempo. Para conseguir que los hijos no deseen verlo, irá descalificándolo, difamándolo y mintiendo sobre él para generar dudas, temor y desconfianza. Si aún así, estos manifiestan la intención de ver a su padre, les generará sentimientos de culpabilidad, manipulándolos y mostrándose desolada para que “no quieran dejarla”.

Empezará a pedirle al ex, que se haga cargo de gastos que antes no tenían, como profesionales de salud mental, profesores particulares, actividades extra curriculares, etc…

El señor se encontrará pagando un monto de dinero exagerado y por otro lado ya casi no verá a sus hijos. Si se niega a darle ese dinero extra, la narcisista lo difamará frente al entorno. Al mismo tiempo seguirá controlando cada movimiento de su víctima, hostigándolo.

El padre sufrirá al ver que no puede hacer nada para neutralizar las manipulaciones, al igual que ninguno de sus seres queridos pudo hacer nada con él cuando la psicópata lo captaba en la fase del bombardeo amoroso. Estadísticamente, cerca del 90% de los abusos sexuales son perpetrados por hombres. Una psicópata va a aprovecharse, sin ningún tipo de remordimiento, de los movimientos que con la más noble de las intenciones intentan proteger a mujeres y niños. 

Aquí se concreta la destrucción total de la integridad de la víctima: Lo acusará de abuso sexual (puede ser hacia ella o hacia los niños) y también de maltrato. La víctima tendrá que luchar por su inocencia. Experimentará un terrible desgaste económico y psicofísico. Los hijos quedarán muy dañados, llenos de conflictos por el ataque a la percepción que les hizo la psicópata. Finalmente, la víctima quedará arrasada por un sentimiento de impotencia, indefensión e injusticia.

Lamentablemente, este tipo de personas algunas veces suelen empañar con las acciones fruto de su psicopatía, los reclamos legítimos de todas las víctimas de abusos y la lucha de quienes, día a día, dedican tiempo, esfuerzo y medios para conseguir verdaderos avances en la igualdad de géneros.