sábado, 19 de diciembre de 2020

CELOS: 2 caras de una moneda

 En la columna de hoy vamos a contarles que ocurre cuando la víctima de un narcisista siente celos. Y cómo son los celos de un manipulador patológico.




Sabemos que los celos son una respuesta emocional universal y surgen ante la amenaza de perder algo que se considera propio.

Es normal que alguien tenga temor si piensa que puede perder un espacio en el cual sentía amor y felicidad. Todos hemos sentido y sentiremos celos en determinadas circunstancias y eso es normal. También es importante aclarar el mito de que “los celos son la medida del amor”, “me cela Porque me ama”. Esto no es así. 

Dentro del abanico de celos vamos a encontrar un espectro que va desde los celos normales hasta los celos patológicos. En un vínculo con un manipulador se desplegarán los celos de mayor rango patológico. Si vives con la angustia de la sospecha, esa es una alarma de tu cuerpo que te está avisando que algo no está bien y es importante trabajar en ello.

A veces hay relaciones que invitan a los celos: Alguien que se comporta de manera ambigua, con histeriqueos perceptibles o imperceptibles con terceras personas, invita al “partenaire” a que esté todo el tiempo atento e hiper vigilante; generando una tensión en el ambiente que hace que la víctima no se pueda relajar en ningún lugar de la relación.

De a poco ambos miembros del vínculo se van convirtiendo en hackers, espías o detectives. Comienzan a chequear los celulares del otro e intentan procurar un control cada vez mayor. En general, la víctima comienza a sentir que nada de lo que hace alcanza para que el otro sienta el amor que se le tiene. Empieza a sentir miedo de sus propias acciones porque “el otro se va a enojar”. El psicópata sabe que con su control excesivo (por ej. “mándame una foto de lo lindo que la estás pasando con tus amigos”) acorrala a su pareja. Entonces esta, muy temerosa, comienza a omitir información y decir mentiras piadosas por temor a la reacción del narcisista. Lo q no sospecha la víctima es que el psicópata sabe que su presa ahora está llena de culpa y remordimiento, que se siente en falta y desde ahí la va a manipular para devaluarla y castigarla “in aeternum”.

El que es celado se empieza a retraer en sí mismo, se aísla, se desconecta y vuelve a sentir que nada alcanza. Nada es suficiente para que su ser querido esté en paz.

Si estás leyendo esta columna te pedimos encarecidamente que “no mientas”, ya que es una trampa. Deja de justificarte por que todo lo que digas será usado en tu contra.

Por otro lado los narcisistas patológicos van a utilizar todos los recursos disponibles (y hoy en día con las redes sociales abundan) para desplegar la “triangulación”. Así sentirán que tienen poder sobre su víctima.

Y una vez que la presa muestra sus celos, le da el centro para el gol: ahí comienzan las humillaciones de la fase de devaluación y los narcisistas proyectan todo tipo de emociones penosas. Le dirán a la víctima que tiene celos patológicos, que está enferma y que necesita ayuda psiquiátrica.

Estas escenas fueron creadas por ellos apropósito para poder atacar y devaluar, confundiendo a su víctima y llenándola de culpa.

Y, por sobre todo, muchísima angustia.

martes, 8 de diciembre de 2020

ENVIDIA NARCISISTA

 



Cuenta la leyenda, que una vez una serpiente empezó a perseguir a una luciérnaga; ésta huía rápido de la feroz depredadora; pero la serpiente no pensaba desistir. Huyó un día y otro, y el reptil no desistía. Al tercer día, la Luciérnaga paró y fingiéndose exhausta dijo a la serpiente:

– Espera, me rindo; pero antes de atraparme permíteme hacerte unas preguntas.
– No acostumbro a responder preguntas de nadie, pero como te pienso devorar, puedes hacerlo.
– ¿Pertenezco a tu cadena alimenticia?
– No.
– ¿Te hice algún mal?
– No.
– Entonces, ¿Por qué quieres acabar conmigo?
– Porque no soporto verte brillar.
El psiquiatra y psicoanalista Otto Kernberg diferencia al Narcisismo del Narcisismo maligno. A este segundo lo define de la siguiente manera: “Es un tipo especial y grave de Narcisismo caracterizado por:
● Tendencias antisociales más pronunciadas con presencia de actos de crueldad escalofriantes y violencia con ausencia de culpa ante las conductas destructivas que es capaz de desplegar.
● Tendencias “borderline” de gravedad extrema, que se manifiestan con irascibilidad, impulsividad, mitomanía, baja tolerancia a la frustración, incapacidad de aplazar la gratificación, sentimientos de vacío y pensamientos crónicos de suicidio.
● Comportamiento altamente sádico y rasgos paranoides marcados, con mecanismos de defensa proyectivos (porque te va a decir que sos un envidioso cuando el que siente envidia es el), desconfianza, suspicacia y sensitividad.
● Ausencia de conciencia, culpa y autocrítica respecto a su conducta. Siendo a veces intensamente agresivos y con tendencia a la ofensa si se les lleva la contraria, desencadenando la ira narcisista.
● Presencia de vínculos inestables, sin soportar otra perspectiva de la realidad, sólo la propia. Siendo ésta la que rige toda su existencia.”
 
Kernberg dice que los narcisistas patológicos tienen un sentimiento de superioridad exagerado que proviene de una condensación mental entre cómo son en realidad, cómo les gustaría ser (ideal del yo) y la integración a su auto percepción como mejores que el resto (a quienes recordemos, ven como simples objetos para satisfacer sus necesidades) Como una combinación de la representación real con la idealizada de sí mismos más la de aspectos idealizados de otros a quienes han admirado (aunque sea temporalmente). Y esa estructura se manifiesta en estas características de personalidad y en el estar centrado excesivamente en sí mismo.
Otto Kernberg destaca que los narcisistas sufren de una conducta envidiosa y de devaluación de los demás. Afirma que sufren de envidia profunda tanto consciente como inconsciente.
La envidia es una emoción universal que todos hemos sentido en algún momento bajo ciertas condiciones. Pero para estos seres este sentimiento ha tomado un carácter exagerado consciente e inconsciente y su comportamiento de devaluar a los demás tiene por objetivo protegerse justamente de la envidia.
Desprecian para no sentir que tienen que envidiar.
Para estos manipuladores, la envidia es como un acompañante casi permanente y constante. Ej: Van al trabajo y están siempre atentos y observando lo que pueden hacer los demás y lo que hace cualquier persona mejor que ellos, esto les crea un sentimiento penoso.
En su vida social hablan con “amistades” y cualquier cosa que tiene la otra persona, lo que hace, lo q no hace, los llena de una envidia profunda; los envenena. Y su vida cotidiana está teñida de envidia. Esto interfiere en el aprendizaje debido a que están tan preocupados de que otro sepa más y conozca más y comprenda más, que no pueden concentrarse en nada más que perfeccionarse para ser el mejor manipulador.

miércoles, 2 de diciembre de 2020

Entrevista en la radio sobre la venganza

 

http://www.nuevodiarioweb.com.ar/noticias/2020/12/01/274916-lic-andrea-indij--la-venganza

VENGANZA




 ¿Ojo por ojo, diente por diente?

Entender que sufriste una estafa emocional en la fase del “bombardeo amoroso”, saber que no sos el ser devaluado con el gaslighting, la triangulación, la ley del hielo, el reforzamiento intermitente, la difamación y el aislamiento; la comunicación sucia que te llevó a la disonancia cognitiva.

En muchos casos hubo agresiones físicas, en otros el abuso alcanzó tus finanzas. Frente a tanta maldad ahora conoces el odio y te sientes fuera del mundo. Te sacó del mundo porque desde que abres los ojos a la mañana hasta que logras conciliar el sueño de madrugada lo único que haces es repasar cada escena transcurrida sin dar crédito de que pueda ser cierto. Te preguntas una y mil veces: ¿es posible que sea un psicópata? ¿Es posible que esto tan tremendo me esté sucediendo a mí realmente?.

Y un día tocas fondo y ves al verdadero ser que habita tras la máscara, te cansas de preguntarte “qué calidad de vida puedo tener esperando en este infierno esos momentos maravillosos que te regala cuando se le antoja?”. Y descubres que el problema no es que tenga una enfermedad muy triste que te llevaba a la adicción a la ilusión de que un día todo se iba a acomodar y juntos lograrían un equilibrio.

Cuando todo se derrumba conoces el deseo de venganza. Sientes que tiene que existir una justicia divina y piensas “el que las hace las paga”. Entonces tu mente repasa una y otra vez las palabras que le dirás cuando lo veas, los gestos, las acciones. Puedes pasar horas rumeando el sabor de la venganza: “Lo voy a confrontar y le diré todo en la cara”.

¿Y qué crees que sucederá? Te lo decimos:

1. Negará todo: Será su oportunidad de oro para desplegar el DARVO. Te acusará a ti de ser el narcisista, y cuando intentes defenderte sin duda perderás el control.

Punto para el depredador.

2. ¿Ya le reclamaste todo el daño que te ha hecho? El resultado será idéntico al Punto 1. ¿Con qué tupé le echas algo en cara? Recuerda que los narcisistas patológicos se sienten con derecho a hacer lo que les place. Tú, eres solo una cosa que existe para satisfacer sus necesidades especiales. Eres su fuente de combustible. Una vez más se deleitará en su victoria al verte destruido.

2 puntos para el psicópata.

3. Piensas exponerlo públicamente. Que todo el mundo sepa el monstruo que es. Lo vacío que está, el ser maligno que te dejó en agonía.

Aquí sucederá lo más duro y triste de toda esta historia: comprobarás atónito que el psicópata encubierto estuvo trabajando en el entorno: dañó tu imagen, tu credibilidad estará mermada delante de terceros y encima te verás en la tesitura de tener que dar explicaciones y demostrarle tu inocencia a gente que no entiende nada de este tipo de violencia invisible. Te van a juzgar y te van a atacar.


Pero existe la verdadera venganza. La única venganza posible.

Tu venganza será la recuperación. Tú recuperación.

Estudiando el idioma narcisista, 

Estableciendo un contacto cero, 

Conquistando tu vida, 

Levantando las paredes de tu casa, 

Eligiendo un entorno sano, 

Aprendiendo a poner límites sanadores, 

Recuperando tu equilibrio emocional, 

Conociendo el camino de la paz y la armonía.

Recuperándote de las secuelas, 

Saliendo del trauma. 


Recordando que eres una persona llena de dignidad, con valores y talentos.

lunes, 30 de noviembre de 2020

DARVO




 Jennifer Freyd, profesora de psicología en la Universidad de Oregon (Estados Unidos), acuñó el término DARVO para referirse a un patrón de comportamiento habitual entre los manipuladores patológicos.

DARVO son las siglas de las palabras DENY (Negar); ATTACK (Atacar); y REVERSE VICTIM AND OFFENDER (Cambiar los Roles de Víctima y Abusador).

Es básicamente un mecanismo que el Narcisista patológico utiliza para escapar de su propia responsabilidad. Una cortina de humo para esconder su comportamiento real.

Durante el “DARVO”, el abusador juega el rol de víctima. Ataca, niega las acusaciones que le hacen e invierte los roles desplazando toda la responsabilidad y culpa hacia su presa. 

La secuencia es la siguiente:

  1. La víctima denuncia un comportamiento abusivo o una manipulación, alguna falta de respeto o pone límites de cierto tipo como por ejemplo invitaciones sexuales de las que no quiere participar. O meta-comunica* un abuso.

 2. El abusador o victimario niega la manipulación o la propuesta, utilizando el “gaslighting”, diciendo que él no dijo o no hizo lo que la víctima está denunciando; que nunca ocurrió nada de lo que la persona está diciendo. Que sobredimensiona.

3. El manipulador ataca a la víctima realizando un ataque directo a su percepción, atentando contra su credibilidad. Esto es por tener el “tupé” de confrontarlo.

4. El abusador invierte los roles y despliega “el juego de la piedad”, donde representa el rol de “víctima de su víctima”. Va a cambiar y reinventar la historia para demostrar que el otro es el culpable de todos los males que lo aquejan. Desacreditará la alegación del abuso y comenzará con la campaña de difamación acusando a la víctima de lo que, sabe, es una vulnerabilidad para la misma.

Con este mecanismo, eluden cualquier responsabilidad sobre sus actos y crean incertidumbre y confusión en la víctima y los testigos. 

Es así como la presa carga con la culpa y la vergüenza que su abusador no posee.

La víctima queda “entrenada” para el silencio, calla y no habla del abuso. 

La realidad es algo confusa ya que el manipulador se ocupó de ensuciar las pruebas de la manipulación.

 

*Meta- mensaje: que interpreta y hace explícito algo que ya se está comunicando aunque en forma no tan clara o ambigua.


martes, 17 de noviembre de 2020

Resilientes de psicopatas y narcisistas.





La devastación que se sufre durante el ciclo del abuso narcisista es fulminante. Las víctimas quedan en estado de agonía, se enferman y terminan destruidas a nivel emocional. Tienen la autoestima aplastada y necesitan tiempo para sanar con el contacto cero y la ayuda profesional adecuada. Durante la recuperación lograrán sobreponerse y construir una vida con vínculos sanos, aprendiendo a poner límites y convirtiéndose en personas mucho más fuertes, íntegras y auténticas. Volviéndose in-manipulable , con valores diferentes a los que tenían antes del paso del psicópata por sus vidas. Así se convertirán en resilientes.

La búsqueda de sentido existencial, aún en las peores circunstancias, es siempre posible. Frankl pudo observar que cualquier hombre tenía la fuerza, incluso en los peores escenarios, de decidir lo que sería de él –mental y espiritualmente-, pues aún en un campo de concentración podía conservar su dignidad.

En palabras de Frankl, aún en terribles circunstancias físicas y psíquicas “el hombre puede conservar un vestigio de la libertad espiritual”, a través de la cual siempre podrá ejercer la última de sus libertades: “La elección de la actitud personal ante un conjunto de circunstancias para decidir su propio camino”. La resiliencia es un concepto que en física designa la capacidad de un cuerpo para resistir una fuerza y fue tomado por las ciencias sociales para definir el poder de las personas para sobreponerse a la adversidad -resistir-  y desarrollarse positivamente -rehacerse-.

La forma en que se percibe al ser humano se ha modificado con las investigaciones sobre la resiliencia: de un modelo de riesgo basado en las necesidades y la enfermedad, se ha pasado a un modelo de prevención y promoción basado en las potencialidades y recursos propios del sujeto a su alcance. Pensar en resiliencia, como señala Emiliano Galende, “es pensar a un individuo no como víctima pasiva de sus circunstancias; sino como sujeto activo de su experiencia”. Resiliencia implica volver a la vida a pesar de la herida.

Es decir, en el abordaje se plantea tanto el por qué del desarrollo de una enfermedad como el por qué de su no-desarrollo frente a iguales circunstancias externas. He aquí el rol protagónico de un ser humano que da una respuesta.

La resiliencia es un proceso en el que el sujeto teje una trama entre la parte “sana” de sí mismo y el entorno social. Cuando hay una dificultad el entorno, puede o no, ayudar a “curar la herida”.

La persona resiliente adquiere recursos internos desde sus primeros meses de vida ante las agresiones, heridas y carencias que va experimentando;  en ese recorrido importa el significado que le da a estas y la posibilidad de poder hablar de ellas. Es decir, esta capacidad se crea en función del temperamento individual y del tipo de sostén social del que dispone.

Si concebimos la resiliencia como una capacidad que se desarrolla relacionalmente a través de la interacción entre la persona y su entorno, debemos considerar que depende de factores genéticos, adquiridos y acontecimientos posibles tal como dimos a entender arriba.

En consecuencia la resiliencia, esa capacidad de volverse a levantar después de las caídas o de hacer de un tropiezo un paso de danza, es un proceso dinámico, de adaptación positiva y activa en contextos de adversidad. Está sustentado sobre un vínculo fundante con un otro significativo (por ejemplo un mentor, un amigo, alguien que ejerza una figura parental) que facilita el desarrollo de los denominados pilares de la resiliencia: La toma de conciencia, la independencia, el desarrollo de relaciones satisfactorias con los demás, la capacidad de elegir compañeros con buena salud mental, la iniciativa, la creatividad, el humor, y la ética.


miércoles, 11 de noviembre de 2020

Tratamiento para la recuperación de las secuelas del abuso narcisista.




 El Dr. Iñaki Piñuel, experto en el estudio del Comportamiento Narcisista, descubre en el año 2014 el tratamiento más efectivo para terminar con el sufrimiento producido luego de soportar el ciclo del abuso narcisista.

La recuperación se basa en la correcta aplicación del “contacto cero”, la administración de la EMDR y el transcurso del tiempo.
En nuestra práctica profesional hemos observado la efectividad de la fórmula que acuñó el Profesor Piñuel.

En la columna de hoy queremos sumar la importancia de que la víctima se reconozca como tal en una primera fase del tratamiento ya que la mayoría de los pacientes llegan a los consultorios llenos de una culpa que los narcisistas se ocuparon de implantar. Y muchas veces lleva varias sesiones conseguir que entiendan su inocencia. Sumado a que los profesionales que no entienden nada del tema, en general quieren implicarlos en el problema, siendo este es un abordaje sumamente iatrogénico, especialmente al inicio de una recuperación. 
Una vez tratada la primera fase en donde a la víctima le queda claro su inocencia y que no tendría nada de malo ser una persona empática, solidaria y sensible a menos que se cruce con una de estas personalidades dañinas. Recién ahí se puede comenzar a trabajar en las secuelas, entre ellas el estrés post traumático con terapia EMDR y la codependencia, cuyo abordaje es igual al tratamiento de cualquier adicción.
¿En qué consiste la terapia EMDR?
La disonancia cognitiva que se produce en la psiquis debido a las manipulaciones aniquilantes dentro de una relación con un narcisista patológico, genera mucha disociación del contenido psíquico “almacenado” disfuncionalmente. Este se conserva “congelado” de manera que en presencia de un episodio desencadenante lo que se activa es siempre una reviviscencia inmodificada de las experiencias atravesadas durante el episodio traumático.

El tratamiento consiste en activar los procesos neurofisiológicos a través de la estimulación por distintas vías aferentes: ocular (a través de los movimientos oculares), táctil (golpeteo alternado en alguna zona del cuerpo) o auditivo (escucha de sonidos bilaterales). Por esta estimulación se desencadenan procesos neurofisiológicos normales y los recuerdos disociados se integran, logrando la elaboración del trauma y la desaparición de la sintomatología de consulta.
Los resultados son objetivables a través de tecnología de alta definición (mapeo cerebral, resonancias, escaneos) ya que las imágenes varían notablemente antes y después del tratamiento.
Es importante en estos casos buscar a un terapeuta con experiencia, ya que otras terapias pueden resultar re victimizantes o ser demasiado largas hasta dar con el diagnostico correcto.

martes, 3 de noviembre de 2020

Entrevista en la radio sobre el Contacto Cero con los narcisistas patológicos




http://www.nuevodiarioweb.com.ar/noticias/2020/10/28/270551-andrea-indij-el-contacto-cero-con-las-personas-narcisistas

Dependencias Afectivas Patológicas

 

Dependencia afectiva patológica 



Salir de la dependencia emocional que genera el vínculo traumático con un narcisista patológico, no es una tarea fácil. Para la recuperación se necesita paciencia, tiempo y asumir que tenemos un problema.

Para lograr poder entrar en un proceso de recuperación, se necesita convicción.

La fortaleza saldrá de la felicidad que da el ir recuperando la libertad y la perspectiva de aprender a construir vínculos sanos en todas las áreas de la vida.

La paradoja de la independencia psicológica de los seres humanos radica en que, desde que nacemos, necesitamos de un gran “otro” que nos de seguridad, nos mire, nos hable, nos escuche y nos de un buen “holding” (la función de sostén) junto con su apoyo incondicional para crecer sobre una base segura.

Es menester pensar que en todos los vínculos pueden surgir conflictos y es esperable que haya cierto grado de dependencia a lo largo de la vida de relación; pero la dependencia nunca debe ser tan enferma que lleve a la persona a pensar y sentir que “No soy nada sin tu amor”.
Si a la persona es un “otro” quien le da identidad y sin cuya presencia se siente nadie, nos encontramos en el terreno de las dependencias afectivas patológicas. Esos vínculos en los que se le ceden las riendas de la propia vida a otro y se le entrega el poder. Relaciones en las que hay un terrible grado de padecimiento y aún así se continúa el vínculo sin poder salir.

Hay cinco características de las dependencias afectivas patológicas (DAP) que nos pueden ayudar a reconocerlas:
Temor mórbido a la soledad:

La persona siente que prefiere estar en una mala relación antes que quedarse sola.
Puede ir saltando de vínculo en vínculo, repitiendo los mismos patrones con tal de no quedarse sola.
Anteponer siempre a los demás:

Teniendo la falsa idea de que si cede en todo y es complaciente, el otro se quedará a su lado.
El otro siempre es prioridad.

Intolerancia al rechazo y a la sensación de abandono:

Ante la idea de que alguien se aleje, sienten que se mueren.
Se vuelven obsesivos.

Se revuelcan del dolor, la ansiedad y la desesperación por que el otro es el eje de su vida.

Tendencia a sentir culpa:

Siempre quieren hacer méritos para que los otros lo validen y valoren. No soportan sentirse en falta.

Tendencia a dramatizar que deja en evidencia la enorme necesidad que tienen:

Piensan que el otro es su medicina emocional y hacen cualquier cosa para que se quede.

Se vuelven adictos a ayudar, aun cuando nadie se los pide. Sólo para que se queden a su lado.

Estos sujetos dejan de lado sus intereses con tal de mantener cerca a una pareja. Necesitan sentir que tienen cierto “control” sobre el otro y pierden el interés por todo lo que no esté relacionado con su compañero.

No sienten que valen por si mismos; sino de acuerdo a la valoración que el otro les da; y necesitan la constante aprobación de los otros. 
Son personas que piensan que el amor romántico es lo máximo en la vida: La pareja está primero, todo lo demás es secundario; llegando a permitir abusos y malos tratos por el temor de perder a su pareja y no se dan cuenta que así el mensaje que dan es: “Puedes hacer lo que se te dé la gana conmigo”.

El amor sano se trata de tener una relación equilibrada. Es amar al otro; pero nunca por encima de uno mismo ni a costa del propio respeto y dignidad.


martes, 27 de octubre de 2020

Los 8 mandamientos del contacto cero

 


por Andrea Indij

Un agujero negro es una región del espacio que generar una gravedad tal que ninguna partícula material puede escapar. Ni siquiera la luz.

Así son los narcisistas, parasitando los recursos de sus víctimas. Es por eso que la única manera de estar protegidos es huyendo bien lejos. Esto se traduce en la “Ley del Contacto Cero” que nos permite desconectar completamente de su influencia.

Parece algo sencillo, más no lo es.

Debido a que no es algo que se reduzca al bloqueo de un contacto en el celular. Los manipuladores patológicos no son el estilo de persona de “vivir y dejar vivir” o “si amas a alguien, déjalo libre”, son más bien del equipo de “no comen ni dejan comer”. 

Muchas víctimas son adictas sin saberlo al ciclo del abuso al cual estuvieron sometidas. Esto, como ya planteamos en notas anteriores, es un tema químico. Por eso serán vulnerables al “hoovering”. Los narcisistas buscarán la forma de atraer la atención y si no lo logran por las buenas, lo harán por las malas. Recordemos que la mayoría de las veces el contacto cero no es un suceso; sino un proceso y para eso mostraremos 8 reglas importantes dentro de esta travesía:

Mandamientos del Contacto Cero:

1. No subestimarás (al narcisista):

Estos no dan puntada sin hilo y cualquier información q reciban sobre la vida de su víctima, será usada en contra de esta para obtener el suministro de suplemento de energía narcisista que precisan.

Apelarán a provocar la lástima de su presa, haciendo el juego de la piedad. Y no dudarán en utilizar todo el arsenal de armas de que dispongan para lograr sus objetivos. Si no logran el hooveringn querrán obtener el combustible de las emociones negativas destruyendo a la víctima, difamándola, aniquilando su reputación, vida social, carrera y vínculos. Nunca subestimen cuán dañinos pueden llegar a ser.

2. No romperás el contacto cero para reforzar el contacto cero:

“Te dije q no me llames, No me escribas más, Te pedí q no me busques; son solo algunas de las frases con que las víctimas responden durante el hoovering.

Ellos regresaran confesando el gran amor que sienten por su víctima. Lo arrepentidos que se sienten y lo tontos que fueron por lo que dejaron pasar. “Sos el amor de mi vida”, “no quiero perderte”, “eres todo para mí”, “no puedo vivir sin vos”, etc. Son palabras vacías combinadas con lágrimas de cocodrilo, que muestran como utilizan toda la caja de herramientas de manipulación que poseen para retomar el contacto; logrando que la víctima se vea obligada a responder “te dije que se terminó”, “no me busques más” “por favor no me mandes más mensajes”.

Cualquier contacto es un error muy grave. Haga lo que haga el manipulador, hay que concentrarse en sostener el contacto cero. Por más duro que sea, absténgase de responder.

3. Dile NO a tu necesidad de un buen cierre a la relación:

La adicción a la ilusión de cerrar un vínculo como lo hacen dos personas maduras que compartieron muchas experiencias es otro de los errores clásicos. Con ellos no hay cierres al estilo “hablando la gente se entiende”. 

Es común que la víctima intente explicar todo el dolor que sufrió durante la relación con el fin de hacer un buen cierre. Es un error intentar cerrar la relación con un moño hermoso y brillante. Cualquier intento generará mayor estado de confusión en la mente de la víctima, sumado a desorden, dolor, agotamiento y persistencia en el abuso.

Simplemente hay q soltar y trabajar el desapego.

4. No caerás en la trampa de los monos voladores:

Cuando hablamos sobre quiénes son los monos voladores, vimos cómo el narcisista utiliza a terceros para que hagan el trabajo sucio en su lugar. 

Es por eso que si ve que el Hoovering no le funciona, recurrirá una vez más a su séquito para que ejerza presión o confunda a la víctima diciéndole que sobredimensiona o q está actuando de u modo equivocado y muy cruel (“Te ama y es una buena persona”)

5. No “stalkearas” (no acecharas) acecharas en las redes sociales:

Los manipuladores patológicos saben que tarde o temprano la víctima, adicta al ciclo de abuso, acudirá a las redes sociales y es por eso que ellos son expertos en utilizar la tecnología para publicar mensajes subliminales dedicados a su víctima, quien quedará completamente desestabilizada a nivel emocional otorgándole al abusador el suplemento narcisista.

6. No pensaras que pueden cambiar:

Hoy te vamos a dar un consejo que te ahorrará decepciones y demasiadas lágrimas, y te lo  daremos por experiencia.

Los perversos narcisistas jamás cambian, y si cambian es sólo temporalmente para tratar de estar bien contigo y no porque de verdad les nazca hacerlo. Después de un tiempo vuelven a lo mismo. Por ejemplo: Si una vez te fue infiel y lo perdonaste, esa persona lo volverá hacer. 

Recordá que los Narcisistas patológicos jamás cambian, sólo aprenden a mentir mejor.

7. No pensarás que tu solo puedes resolver este problema (sin ningún tipo de apoyo psicológico o gente experta que acompañe):

El contacto cero es un proceso realmente difícil porque nadie comienza este camino sintiéndose empoderado. La decisión justamente ocurre cuando se toca fondo, y en un estado de muchísima vulnerabilidad. Por eso es importante contar con una “mesa de los sabios” que son las personas de suma confianza que te ayudarán a pensar bien y tener la fortaleza que se necesita en los momentos más difíciles.

8. No seguirás empatizando con el Manipulador:

La capacidad de ponerse genuinamente en los zapatos de los otros, comprendiendo sus circunstancias y sintiendo profundamente lo que viven los demás, se convierte en una vulnerabilidad a la hora de romper el ciclo del abuso perpetrado por un narcisista patológico.

En los momentos en que la víctima extraña desesperadamente a su verdugo, es fundamental entender que ese sufrimiento no es derivado de una fuente de amor; sino que el origen deviene de una adicción. Con el contacto cero no nos estamos alejando de ningún amor, estamos iniciando el proceso de recuperación de la droga más letal con la que te puedas encontrar en toda tu existencia.

martes, 20 de octubre de 2020

Entrevista en la radio sobre El Método de la Piedra Gris






 http://www.nuevodiarioweb.com.ar/noticias/2020/10/20/269552-andrea-indij-como-utilizar-el-metodo-de-la-piedra-gris

Piedra Gris


por Andrea Indij. Psicóloga esp. en Comportamiento Narcisista.




 Lo primero que vamos a hacer si estamos en un vínculo con algún Narcisista Patológico es aprender  el método de la piedra gris”.

Nota: No para resignarnos ni quedarnos sometidos hasta terminar muy mal; sino para ir preparando el terreno para la huida, ganar tiempo y prepararnos para el contacto cero, o contacto cero modificado en el caso de que trabajemos o estudiemos en el mismo lugar; o si hay hijos en común. 

Otros escenarios que pueden imposibilitar; en una primera instancia; el contacto cero es si se  comparte algún grupo de amigos, si se reside en ciudades pequeñas, somos vecinos o tenemos vínculos a través de otros miembros de la familia. En estos casos apuntamos a crearnos una “perimetral” mental,  dentro de nuestro alma.

¿En qué consiste el Método de la piedra gris?

En abstenerse de cualquier reacción de tipo emocional que pueda servirle al manipulador de “suplemento” narcisista. La diferencia con el contacto cero es el desconectarse emocionalmente del abusador cuando no es posible la distancia física.

Se trata de no reaccionar ni dar respuesta alguna cargada de afecto. Responder cualquier pregunta con monosílabos. Es convertirse en alguien realmente aburrido y lineal,y de esta manera no entregar energía emocional. El objetivo, es que el narcisista pierda interés en quien fue hasta ahora una fuente de suministro de combustible emocional.

Este método no es efectivo en toda fase, ya que para que funcione es indispensable comprender que no se puede esperar absolutamente nada bueno de un narcisista. Que cualquier cosa que parezca inofensiva por parte de el es siempre parte de una agenda encubierta.

Bajo el efecto de la disonancia cognitiva es prácticamente imposible utilizar este método. Por otro lado, la semana pasada hablamos de la “Adicción a La Ilusión”: La amnesia perversa hace que muchas personas se olviden del ciclo del abuso y sólo recuerden la fase del bombardeo amoroso, entorpeciendo la entrada en la recuperación. Muchos no entienden por qué mientras intentan alejarse del abusador, comienzan a extrañarlo simultáneamente de un modo desesperante. Esto se debe a la adicción al narcisista, que es igual de fuerte que la dependencia a las drogas ya que genera la misma química en el cerebro. 

Generando, en la fase de abstinencia: 

Trastornos de ansiedad, 

Alteración del sueño, 

Falta de concentración, 

Sensaciones físicas desagradables (como sentir un nudo en la boca del estómago y opresión en el pecho),

Pensamientos obsesivos permanentes en torno a repasar situaciones con el narcisista.

Si la persona sabe que está atravesando este problema, la sintomatología suele durar mínimo dos meses debido a la química que se genera y a  la posibilidad de acompañar este proceso de manera consciente. Si se desconoce, la adicción puede durar mucho más debido a la incertidumbre y el miedo al miedo que desencadena un estado de estrés permanente.

En la recuperación es importante distinguir que lo que se siente por el narcisista no es amor; sino adicción. Esto ayuda entender que no te estás alejando de un ser querido; sino de una droga letal.

miércoles, 14 de octubre de 2020

Adicción a la ilusión




 Ya visibilizamos cómo funciona el ciclo del abuso narcisista. La víctima se hizo adicta a su verdugo, no puede salir de la relación a pesar del alto grado de padecimiento; una vez más el narcisista la seduce, la vuelve a idealizar y genera escenarios que propician la “adicción a la ilusión” (momentos maravillosos, encuentros con el otro que hacen pensar que la relación va a prosperar del modo en que soñamos para nuestra vida convencidos de que un día nos despertaremos con ese que elegimos en la primera fase del bombardeo amoroso). 

Sin embargo, tarde o temprano vuelven a aparecer el Gaslighting, la Triangulación, la Ley del Hielo, el Hombro Frío y la Devaluación. Nos encontraremos una vez más llorando en la ducha, preguntándonos por qué vuelve a pasar algo que te prometió no se iba a repetir nunca más. Así que la mejor frase que podemos regalarles es: “Hay que saber retirarse a tiempo”. Y nunca subestimen semejante virtud. 
Lo cierto es que la adicción ya está instalada, la química del cerebro está jugando una mala pasada porque se trata de la misma lucha del alcohólico que está ansioso por tomar “esa” copa.
¡¡¡Pero la buena noticia es que estas relaciones pueden tener un final feliz!!!
EL final. 
Salir de este tipo de vínculos puede ser un proceso lento y en etapas que quite horas y horas de sueño. Todo, siempre y cuando se haya decidido por la opción SALIDA. Porque sabemos que también se puede pasar la vida entera en una relación insatisfactoria, de esas que hacen doler el cuerpo, asquean, repugnan y atrapa todo en uno. Y hace tiempo nos dimos cuenta que el Shampoo 2 en 1 no limpia ni desenreda. 
La disonancia cognitiva puede tener consecuencias muy serias: Puede provocar tanto enfermedades físicas como emocionales. Hace que nos sintamos ansiosos, deprimidos y estresados. Y si no comprendemos este tipo de vincularidad, es porque todavía estamos en un abismo.
Algunos ejemplos de Adicción a la Ilusión para poder detectar este patrón tan siniestro y transformar el abismo en un precipicio:
1. El primer ejemplo lo vemos con sostener este vínculo en pos de un proyecto que soñamos para nuestro futuro. Nos imaginamos que por nuestro amor la persona va a cambiar. Como no aceptamos nuestro presente, somos capaces de visualizar un futuro maravilloso, lejos de todo lo que nos hace ser quienes somos. Nos vemos sonriendo, corriendo por la pradera tomaditos de la mano con la panza de embarazada.
La única manera de construir un futuro feliz, es siendo cada día feliz.
2. Amamos ir por la vida con el título de “salvavidas”, nosotros pensamos que un salvavidas es algo redondo con agujero. Como salvar… salva. Ojo, que en esta batalla tarde o temprano, terminás siendo un problema más entre los otros que ya hay. Bien sabemos que soldado que huye, es el que realmente sirve para otra batalla. 
3. El miedo a la soledad nos lleva a otro viejo y conocido autoengaño: Surge la fantasía de que no vamos a tener con quién contar en los momentos en que nos sintamos angustiados o cuando pase algo. Por este autoengaño se paga un precio muy alto. Y se paga con el cuerpo. 
4. La idea de que el otro nos va a completar es otra de las ilusiones que nos hacemos. Pero en algunos casos logramos la completitud, llenamos todos nuestros espacios pensando en esa persona, llamándola, mirando su facebook. ¿Cuántas horas al día podemos pasar mirando su Instagram, entrando en WhatsApp, mirando fijas las dos rayitas como si fueran a ponerse azules por hipnosis? ¿O siendo detectives profesionales debido a la triangulación a la que estamos sometidos?
¿Y qué hacemos ahora?
Es fundamental recuperar las riendas de la propia vida. Dejar de ceder el poder a otros. Fijar nuevos objetivos. Te aseguramos que si movés algo, el resto no tiene más que acomodarse. Como una vez oímos decir “De un laberinto, se sale por arriba”. 
El primer paso es reconocer que tenemos un problema y que no podemos solos con esto: Admitimos que éramos impotentes ante nuestra adicción, que nuestra vida se había vuelto ingobernable.
El Primer paso, es el comienzo del proceso de recuperación. El alivio empieza aquí; reconocemos que tenemos un problema. Y que no podemos solos.


domingo, 11 de octubre de 2020

Hoovering

 



El Hoovering es el proceso de seducción emocional que da como resultado el retorno a la relación tóxica con los narcisistas. No se trata de una pareja que intenta buscar soluciones inteligentes para zanjar diferencias, ni de pensar en cómo mejorar para salir adelante de una crisis conyugal; el Hoovering es la etapa final del ciclo destructivo de los manipuladores patológicos para que la víctima regrese a su celda y así habilitar el ingreso a una nueva fase de idealización.

Es importante que la víctima sea consciente de que tiene la vulnerabilidad de ser aspirada una y otra vez, ya que si esta grieta no existiera, el narcisista no tendría por dónde entrar y la relación tóxica simplemente terminaría. La vergüenza que siente la víctima cada vez que les anuncia a sus allegados que volvió con la persona que tanto daño le hizo es una “bandera roja” para darse cuenta de esto.

Es frecuente que la víctima justifique los regresos con el agresor atribuyéndose culpas, asumiendo que los descartes anteriores habían ocurrido debido a sus propios defectos de carácter o sus malas reacciones. Como resultado de estas atribuciones erróneas, la víctima comienza a tratar de mejorar todas sus “equivocaciones”, esto es: tratar de ser una persona hecha a medida del manipulador realizando las contorsiones necesarias para no generar ningún conflicto y así “hacer feliz” a su amado.

¡Qué trampa tan dañina! Puesto que todos cometemos errores y la dinámica de una relación con un narcisista no se soluciona con esfuerzos sobrehumanos cuasi-heroicos para complacer al otro.

En un tratamiento psicoanalítico, se trata de ayudar a construir la pregunta en el paciente de “¿qué tengo que ver yo en esto que me está pasando?”. Pero esto es iatrogénico en las situaciones en que un paciente está cursando el ciclo del abuso narcisista, ya que lo que urge en estos casos es que la víctima se reconozca como tal y deje de perder el tiempo pensando en qué puede hacer para mejorar y salvar la relación.

Eso es otra trampa, una verdadera distracción. Ya habrá tiempo para armar esa pregunta desde afuera, cuando la persona decida salir por arriba de ese laberinto. Si logra salir de esa relación tóxica, podrá entender que el narcisista le generó una vulnerabilidad para ser explotada, parasitada, que se puede aprender a elegir con quienes ser compasivo y empático, y que la idea del amor romántico le ha jugado una mala pasada. Razón esta ultima por la cual podemos comenzar a de-construir algunos conceptos que facilitan los abusos por parte de seres inescrupulosos.

Debemos dejar de ser complacientes para poder conocer nuestros verdaderos deseos y ser más auténticos que nunca, ya que es la única manera de encontrar la verdadera paz interior y el amor, empezando por el propio.

El término Hoovering alude a las aspiradoras de la marca “Hoover” haciendo referencia a cómo el narcisista absorbe o aspira a su víctima. Recordemos que muchas veces es la víctima la que pide ser aspirada, y esto se debe a que no entiende en dónde está metida y no se imagina que le devendrá un futuro lleno de humillaciones mientras, ilusa, piensa que algo puede cambiar.

Los ejemplos clásicos de Hoovering son: promesas, regalos, sexo, dinero, viajes, citas románticas, lágrimas de cocodrilo, escenas dramáticas.

Algunos también lo hacen con chantaje emocional y extorsiones sutiles (“si me dejas me muero”, “viste el video que tengo de cuando tuvimos intimidad”, “jamás se lo mostraría a nadie mi amor”).

Otro recurso para el Hoovering es la culpa: buscan generar culpabilidad en su víctima.

Y otra manera es apelando a las cosas que les convienen como por ejemplo el bien de los hijos.

El más utilizado es que luego de todas las técnicas de la fase de devaluación comienzan a actuar como si nada hubiera pasado, como si estuviera todo bien y la víctima, agotada de todo lo que sufrió, prefiere seguir adelante sin hacer alusión al tema.Y así va aguantando cada vez más abusos por la segregación de sustancias que se produce debido a todo el ciclo destructivo que es sumamente adictivo, igual que con las peores drogas.

La semana que viene les contaremos cómo terminar con este ciclo.

martes, 29 de septiembre de 2020

EL DESCARTE



 Todos los narcisistas patológicos aplican el ciclo de abuso como proceso de victimización para lograr el vínculo traumático de traición con su presa: Bombardeo amoroso, Devaluación (ataque), Descarte y “Hoovering”.


En las columnas anteriores hablamos de la etapa de la “luna de miel”, de cómo el reforzamiento intermitente vuelve a la víctima codependiente, les contamos qué es el gaslighting, la triangulación, la ley del hielo, el hombro frío, el tratamiento silencioso; la difamación y el aislamiento; y aprendimos quiénes son los monos voladores.


Luego de todas estas técnicas, viene una etapa fulminante: El descarte.


El descarte es una fase humillante. Aquí el narcisista deja a la presa en un estado de agonía. Se siente medio viva, medio muerta y con la dignidad totalmente aplastada.


Todas las etapas mencionadas se repiten como un patrón recursivo, es por eso que en lo sucesivo la persona vive en tensión permanente y llena de ansiedad. En los momentos de bombardeo de amor, tiene la ilusión siniestra de que algo cambió. Siente que el ser bondadoso de los primeros tiempos regresó; pero el cuerpo registra que una olla se está por destapar en cualquier momento. Entonces empieza a hacer contorsiones para no molestar a su ser amado. Tratando de no decir nada que lo pueda perturbar, intentando no hacer nada que le pueda molestar. Perdiendo la libertad de pensar, de decir y de hacer lo que siente. Sin registrar que esto es violencia emocional. Y que es una trampa ya que el narcisista no hace sus juegos macabros como consecuencia de las acciones de su víctima. Ellos siempre se las ingeniarán para encontrar motivos que justifiquen sus técnicas de manipulación.


Mientras tanto, la persona se encuentra una vez más con la inminencia, llorando por los rincones, confundida, angustiada, sin comprender que está metida en medio de un tsunami. Y así, el manipulador justifica otro descarte.


Los narcisistas hacen muchos descartes y la víctima hace micro duelos. Esto le genera un estado de alerta crónico. Estos descartes siempre derivan en el “Hoovering” (que desarrollaremos en una nota posterior).


En las charlas con los lectores que se comunican a nuestras redes, hay algunas preguntas frecuentes:


¿Siempre vuelven los narcisistas?


¿Existe un descarte final?


¿Siempre tienen otra fuente de suministro antes del descarte?


La respuesta a estas preguntas es SÍ:


Siempre tienen otra fuente de suministro antes del descarte. O la tienen antes o enseguida. Ellos siempre necesitan idealizar a alguien para luego repetir el ciclo devaluando a su nuevo suministro.


Mientras tengan algo para parasitar, o combustible para extraer, regresan aun después de meses o años. A excepción de que ya sepan que ya fueron descubiertos no tienen ninguna chance de entrar en la vida de su antigua víctima.


Ese habrá sido el descarte final.


martes, 22 de septiembre de 2020

Padres narcisistas ¿Qué ocurre cuando un narcisista se convierte en padre?




Hacer que nazca un niño no basta, también hay que traerlo al mundo”. Boris Cyrulnik.

Los padres suficientemente buenos generan un estilo de apego seguro que va a resultar a medida que sus hijos vayan creciendo, en una sensación de bienestar, autoconfianza, habilidades cognitivas y buenos vínculos sociales.
¿Pero qué ocurre cuando un narcisista se convierte en padre? 
Existe una tendencia a suponer que tanto un padre como una madre siempre van a desear el bien para sus hijos, los van a amar, y velarán por su felicidad. Con los padres narcisistas esto no sucede debido a que un narcisista patológico no tiene la capacidad de amar. Ni siquiera a sus propios hijos.
Son padres que les proporcionarán a sus hijos un estilo de apego desorganizado que traerá diversos síntomas, graves consecuencias y secuelas de por vida.
No es fácil darse cuenta quién es un padre manipulador, ya que manipular no es sinónimo de ser un manipulador patológico. Todos los padres pueden llegar a ejercer la manipulación en algún momento para obtener beneficios o influenciar a sus hijos, y eso es muy diferente a ser un progenitor manipulador que intenta denigrar, explotar o destruir a su progenie. Por otro lado, es parte de la vida de relación que aparezcan enojos, exigencias, alguna descalificación y hasta comparaciones; pero acá estamos hablando de padres o madres que envidian a sus hijos y que van a ir destruyendo cualquier posibilidad de felicidad en sus vidas.
Estos padres tienen relaciones de utilitarismo y explotación con otras personas, y los hijos no son la excepción porque, en vez de ser amados, son usados.
Como los narcisistas necesitan alimentar la imagen fantaseada y grandiosa que tienen de sí mismos, los hijos son como una suerte de séquito o club de fans. Estos padres pretenden que sus hijos sean una extensión de ellos mismos y que realicen sus deseos frustrados y sueños incumplidos.
Si los hijos respetan el reglamento que estos padres narcisistas establecen, pasan a ser maravillosos; pero cuando no lo hacen son una amenaza dado que en estas familias no hay lugar para el criterio individual.
Estos hijos intentan hacer absolutamente todo lo que está a su alcance y mucho más para ganarse el amor de ese padre o esa madre narcisista, pero nada es suficiente.
Jamás alcanzará todo el esfuerzo que hagan para contentar a un progenitor narcisista.
Para un hijo el mayor triunfo es el afecto de sus padres; pero en este caso será imposible de conseguir. Se convertirá en una carrera eterna, terrible, frustrante y desgastante.
Si hay más de un hijo, van a propiciar la dinámica del Niño Dorado y El Chivo Expiatorio. El “Golden Child” llevará la carga de llenar las expectativas, mientras que el otro será la oveja negra, hijos que crecerán con la autoestima dañada. Sufrirán el ciclo de abuso narcisista y todas las técnicas que vimos en notas anteriores: gaslighting, triangulación, tratamiento silencioso, reforzamiento intermitente, etc. Es así como sus focos rojos y sistema de alarmas quedarán averiados hasta perder la posibilidad de ponerles límites a los narcisistas patológicos. 
Bajarán sus defensas hasta la edad adulta. Convirtiéndose en personas vulnerables, propensas a entablar vínculos con gente abusiva. Suelen ser altamente empáticos, co-dependientes y fácil de hacerlos sentir culpables.
Los padres narcisistas invaden la intimidad de sus hijos, se meten en todos sus asuntos sin respetar los espacios y los tiempos de nadie. Suelen practicar el “juego de la piedad” mostrándose como las víctimas de sus víctimas.
Las consecuencias de crecer con padres con estas características son:
-Propensión a la ansiedad y la depresión. 
-Desarrollar algún trastorno de la personalidad. 
-Estrés postraumático complejo (crónico y permanente, debido a la larga exposición al maltrato). 
-Alteraciones en la regulación de impulsos afectivos como la rabia y el miedo. 
-Pueden tener impulsos autodestructivos como adicciones.
-Alteraciones en la atención y concentración.
-Episodios disociativos.
-Culpa intensa y constante.
-Vergüenza.
-Alteraciones de la percepción del maltratador.
-Malas relaciones interpersonales (debido a que les cuesta confiar en otros).
-Sensación de vulnerabilidad.
-Pérdida del sentido de la vida y angustia.
-Somatización y otros problemas médicos.
Como dice Boris Cyrulnik: “Las heridas infantiles no son un destino” y hay salida para todo esto.
Entendiendo que ya pasó, ya no vives con ellos. Volviendo al aquí y al ahora. Sabiendo que estás a salvo. Ya no eres ese niño que tenía que someterse. Ahora te cuidas a ti mismo. Sabiendo que sos una persona saludable y constructiva.