viernes, 27 de agosto de 2021

Salomónicos




 Salomón no pensaba herir a la criatura; sólo quería ver la manera en que reaccionaban las mujeres.

Al oír tal proposición una de las dos aceptó, mientras que la otra le rogó al rey que por favor no hiciera semejante cosa, que mejor se lo diera a la otra mujer; pero sin hacerle daño al bebé. Al observar la reacción de esta, Salomón supo quién era la verdadera madre del niño. A un psicópata no le interesa en lo más mínimo el mal que pueda causar a sus hijos.

La justicia debería comprender que cuando un progenitor no cumple con sus obligaciones, automáticamente el otro queda sobrecargado de tareas. Al incumplir los acuerdos establecidos, está dando prueba suficiente de que no tiene ninguna empatía con sus propios hijos.

En un proceso judicial, los manipuladores patológicos van a elegir profesionales (abogados, peritos de parte) que desconozcan la existencia de seres atípicos como los psicópatas ya que de esta forma serán muy fáciles de manipular. Así, lograrán recibir frente a la justicia informes favorables y a la medida de sus necesidades.

Muchos colegas, de buena fe, caen en la seducción de estos personajes que se valen de encanto personal para lograr sus fines. Dada la oportunidad, elegirán profesionales poco éticos y corruptos a tal punto de llegar (literalmente) a manipular juzgados enteros. A un sicópata integrado no le importa por lo que puedan llegar a atravesar sus hijos hasta encontrar a los profesionales que necesita para lograr sus fines.

Cuando a un narcisista patológico no le salen las cosas como lo planea puede llegar a caer en depresión.

Por ejemplo: 

Derivado por un colega, atendí un sujeto que en un primer momento parecía que consultaba por la desesperación y la angustia sufridas debido a la depredación de su ex pareja. Contaba que la “psicópata narcisista” le había hecho falsas denuncias de violencia y hacía más de un año que no tenía contacto con sus hijos. A medida que avanzaba la conversación, comentó que necesitaba un profesional de la psicología que entendiera del tema y pudiera en primer lugar explicarle a su abogado todo el fenómeno de la Psicopatía Narcisista para que este tuviera argumentos a la hora de defenderlo. Por otro lado decía que iba a necesitar un informe manifestando su aptitud psicológica para lograr la revinculación con sus hijos. Decía que “había estado investigando sobre el tema de… ehhh, como se llamaba…no estoy seguro…” Y fingía no recordar los términos “psicopata” y“narcisista”. Cada vez que debía pronunciar estas palabras decía: “Ay, no me acuerdo cómo se le llama a eso…”. Cuando un psicólogo detecta que está frente a un perverso narcisista, la ética profesional enseña que no debemos atenderlo. 

¿Por qué?

Como ya contamos en notas anteriores y repetiremos hasta el hartazgo, no es nuestra función dar herramientas a un perverso y mucho menos arriesgarnos a ser objeto de su manipulación. 

Esto es tan taxativo porque estos seres son muy difíciles de identificar. Incluso para los expertos en el tema.

La manipulación del profesional por parte de uno de estos seres causa estragos. Estos daños, irreparables para la víctima y para los hijos, son mucho más habituales de lo que se piensa y urge subsanar todos los efectos nocivos del mal uso de las instituciones que hacen los manipuladores.

Capacitar sobre estos temas a los profesionales que actúan en la justicia, es una herramienta para comenzar a neutralizar, desenmascarar y detectar a los psicópatas integrados.

Internet


 Quienes consumen esos sitios de citas creen siempre que están eligiendo mal por la percepción de que siempre puede haber alguien mejor. Y entonces se “acumulan” candidatos y el “banco de suplentes” permanece continuamente completo. Infinitos contactos; pero a la hora de sentirse acompañados no hay nadie allí. Las aplicaciones invitan a ponerse a prueba y esto expone una debilidad coyuntural: el ensamble que se da entre una persona narcisista con otra codependiente pone en evidencia que ambos comparten una “falla narcisista”: La víctima y el depredador utilizan los mismos mecanismos, proyección y negación. Al contrario que el depredador, la víctima proyecta amor, ilusión y re narcisiza al candidato que en un primer momento lo único que va a demandar es admiración.

Cuando ocurre el “match”, ese encuentro en donde ambos pusieron los corazones, (o likes, o pedidos de amistad) el codependiente que un momento antes sentía que no tenía ningún valor, comienza a sentirse valioso y empoderado por la coincidencia. Y es que recordemos que los codependientes necesitan a un otro que les dé identidad.

Entonces salen al mundo con su falso “Yo”, ocupándose de sostener esa imagen para que el otro no descubra quién es en realidad. El falso Yo es otra de las características que tienen en común codependiente y depredador; pero mientras que este último carece de sentimientos de culpa y empatía, el primero tiene una tendencia a la culpa que lo vuelve manipulable, siendo esta una vulnerabilidad que le abre grietas por donde entran las personalidades psicopáticas en su vida.


El codependiente “paga” por un abrazo y si no consigue pareja siente que fracasa ya que en su sistema de creencias están instalados modelos ideales de la vida de a dos. Mientras que una personalidad pre-melancólica idealiza y les sube el precio a los otros, haciendo de un pinito desgarbado el más bello de los árboles adornados y luminosos en una mágica navidad, una personalidad narcisista carece de empatía para poder conectar y lograr una verdadera intimidad al no tener en cuenta al otro. Si no lo veo, no lo puedo amar. En ese caso lo que se ama es la ilusión que me hago del otro.


Este es el verdadero “match” que se da entre un perverso narcisista y un pre-melancólico: ninguno ve al verdadero ser que es el otro.


Un tema recurrente en todas estas columnas es la facilidad con que los codependientes van corriendo sus límites para que el otro los elija. Hacen cualquier cosa para que se quede con ellos y entonces aceptan situaciones que ni siquiera se dan cuenta de que les están haciendo mal; pactando contratos que los incomodan y que sus cuerpos registran con mucho malestar aunque sus alarmas desactivadas niegan y siguen adelante.


En los intentos por armar nuevos modelos de amor se escuchan las expresiones “poliamor”, “relaciones abiertas”, “intercambio de parejas” y en esta búsqueda de nuevas formas de vincularse no se tiene en cuenta que los poli-amores implican poli-problemas y es que esto existe desde que el mundo es mundo.