KOHANIM
Son muchas las leyes
del judaísmo que parecen haber quedado en el tiempo y suenan irracionales para
los escépticos. Un ejemplo son todas las leyes que refieren a los “kohanim”,
los sacerdotes del pueblo judío.
¿QUÍENES SON LOS KOHANIM?
Los kohanim son los
descendientes de Arón, el hermano de
Moisés. Está escrito en la Torá que Iaccov tenía doce hijos. Cada hijo fue el
fundador de una de las doce tribus de Israel. Cada tribu recibió su territorio
a excepción de la tribu de Leví. Los varones de la tribu de Leví se ocupaban
del santuario, y Arón junto a sus hijos fueron elegidos para la función
sacerdotal, de carácter hereditario.
Constituye una
equivocación frecuente pensar que el estatus de kohen está relacionado con el
apellido de la persona (cohen, Kohon, Kohn, Kats, Kaplan y sus derivados). Si
bien muchas veces es así, otras tantas no y existen kohanim que tienen apellidos
totalmente distintos a esa raíz. Pueden ser tanto Ashkenazím como sefaradím.
Durante la existencia
del templo de Jerusalén, los sacerdotes tenían tareas específicas reservadas
solo para este linaje. Hoy en día continúan desempeñando un papel especial al
ser los primeros en ser llamados para decir las bendiciones sobre la Torá en
las ceremonias religiosas. En algunas comunidades siguen dando la bendición
sacerdotal.
PUREZA RITUAL
Los Kohanim constituían
una orden sagrada en el Templo de Jerusalén y aun hoy en día para mantener lo
que se llama la Pureza Ritual, los Kohanim cuentan con varias restricciones. No
pueden entrar a cementerios ni tener contacto con cadáveres (a excepción de
algunos familiares directos).
No se les permite contraer matrimonio con
ninguna mujer divorciada, conversa, descendiente de una conversa, o considerada
deshonrada (cualquier mujer judía que haya mantenido relaciones sexuales con un
hombre que esté considerado prohibido para casarse con ella de acuerdo a la ley
judía. Un ejemplo es un hombre no judío.)
Tampoco pueden casarse
con mujeres que hayan sido violadas.
El kohen que se casa
con una mujer prohibida para él según la ley judía es denominado kohen jalal (inhabilitado para el servicio sacerdotal) y hay quienes dicen que su matrimonio es sin
bendición. Un hijo nacido de esta unión es denominado Jalal y no podrá ser
sacerdote, al igual que toda su descendencia que será jalal por el resto de las
generaciones, salvo que se case con una gentil y sus hijos serán goim. La hija
mujer de un kohen y una mujer prohibida para él es denominada Jalalá y un kohen
tiene prohibido casarse con ella.
Ser kohen se transmite
de padre a hijo. Por eso el término kohen es usado para referirse a los
hombres. La hija del kohen también tiene un estatus especial, por ejemplo no
tiene que hacerle el ritual de “Pidión a ben” a su hijo primogénito, y en la
época del Beit Hamikdash (templo de
Jerusalén) recibía algunos de los beneficios de su linaje como poder comer una parte especial de las ofrendas. Para no perder su estatus era recomendable que se case con un
kohen ya que solo seguía obteniendo privilegios de esta manera. Si no se casaba
con un kohen solo le estaba permitido casarse con un sabio de la Torá. Vale aclarar
que la hija del kohen tenía que cumplir con todos los requisitos enumerados en
el párrafo anterior para estar apta a contraer matrimonio con un hombre de su
linaje y recibía castigos severos si cometía algunas transgresiones que la inhabilitaban
para casarse con un kohen
.¿QUÉ PIENSAN LOS CONSERVADORES ACERCA DE ESTAS LEYES?
En el mundo de la
observancia estas leyes son algo muy serio y se respetan con la misma
determinación que las leyes del Kashrut (dieta) y Taharat Hamishpajá (pureza
familiar).
Por otro lado, la rama
conservadora del judaísmo hace tiempo que decretó una especie de “ley de
emergencia” y decidieron que cualquier unión entre una mujer y un hombre
judíos esté permitida para evitar la
asimilación. Argumentan que mientras no
exista el templo de Jerusalén, los kohanim no tienen que cuidar una pureza
reservada para tareas y rituales que hoy en día no pueden ejercer.
Sin embargo los judíos
aguardan la llegada del Mesías, cuyo advenimiento hará que sea reconstruido el
templo. Por esta razón la línea observante considera que los argumentos de los
conservadores darían cuenta de su falta de fe y distancia de las sagradas
escrituras.