sábado, 19 de diciembre de 2020

CELOS: 2 caras de una moneda

 En la columna de hoy vamos a contarles que ocurre cuando la víctima de un narcisista siente celos. Y cómo son los celos de un manipulador patológico.




Sabemos que los celos son una respuesta emocional universal y surgen ante la amenaza de perder algo que se considera propio.

Es normal que alguien tenga temor si piensa que puede perder un espacio en el cual sentía amor y felicidad. Todos hemos sentido y sentiremos celos en determinadas circunstancias y eso es normal. También es importante aclarar el mito de que “los celos son la medida del amor”, “me cela Porque me ama”. Esto no es así. 

Dentro del abanico de celos vamos a encontrar un espectro que va desde los celos normales hasta los celos patológicos. En un vínculo con un manipulador se desplegarán los celos de mayor rango patológico. Si vives con la angustia de la sospecha, esa es una alarma de tu cuerpo que te está avisando que algo no está bien y es importante trabajar en ello.

A veces hay relaciones que invitan a los celos: Alguien que se comporta de manera ambigua, con histeriqueos perceptibles o imperceptibles con terceras personas, invita al “partenaire” a que esté todo el tiempo atento e hiper vigilante; generando una tensión en el ambiente que hace que la víctima no se pueda relajar en ningún lugar de la relación.

De a poco ambos miembros del vínculo se van convirtiendo en hackers, espías o detectives. Comienzan a chequear los celulares del otro e intentan procurar un control cada vez mayor. En general, la víctima comienza a sentir que nada de lo que hace alcanza para que el otro sienta el amor que se le tiene. Empieza a sentir miedo de sus propias acciones porque “el otro se va a enojar”. El psicópata sabe que con su control excesivo (por ej. “mándame una foto de lo lindo que la estás pasando con tus amigos”) acorrala a su pareja. Entonces esta, muy temerosa, comienza a omitir información y decir mentiras piadosas por temor a la reacción del narcisista. Lo q no sospecha la víctima es que el psicópata sabe que su presa ahora está llena de culpa y remordimiento, que se siente en falta y desde ahí la va a manipular para devaluarla y castigarla “in aeternum”.

El que es celado se empieza a retraer en sí mismo, se aísla, se desconecta y vuelve a sentir que nada alcanza. Nada es suficiente para que su ser querido esté en paz.

Si estás leyendo esta columna te pedimos encarecidamente que “no mientas”, ya que es una trampa. Deja de justificarte por que todo lo que digas será usado en tu contra.

Por otro lado los narcisistas patológicos van a utilizar todos los recursos disponibles (y hoy en día con las redes sociales abundan) para desplegar la “triangulación”. Así sentirán que tienen poder sobre su víctima.

Y una vez que la presa muestra sus celos, le da el centro para el gol: ahí comienzan las humillaciones de la fase de devaluación y los narcisistas proyectan todo tipo de emociones penosas. Le dirán a la víctima que tiene celos patológicos, que está enferma y que necesita ayuda psiquiátrica.

Estas escenas fueron creadas por ellos apropósito para poder atacar y devaluar, confundiendo a su víctima y llenándola de culpa.

Y, por sobre todo, muchísima angustia.

martes, 8 de diciembre de 2020

ENVIDIA NARCISISTA

 



Cuenta la leyenda, que una vez una serpiente empezó a perseguir a una luciérnaga; ésta huía rápido de la feroz depredadora; pero la serpiente no pensaba desistir. Huyó un día y otro, y el reptil no desistía. Al tercer día, la Luciérnaga paró y fingiéndose exhausta dijo a la serpiente:

– Espera, me rindo; pero antes de atraparme permíteme hacerte unas preguntas.
– No acostumbro a responder preguntas de nadie, pero como te pienso devorar, puedes hacerlo.
– ¿Pertenezco a tu cadena alimenticia?
– No.
– ¿Te hice algún mal?
– No.
– Entonces, ¿Por qué quieres acabar conmigo?
– Porque no soporto verte brillar.
El psiquiatra y psicoanalista Otto Kernberg diferencia al Narcisismo del Narcisismo maligno. A este segundo lo define de la siguiente manera: “Es un tipo especial y grave de Narcisismo caracterizado por:
● Tendencias antisociales más pronunciadas con presencia de actos de crueldad escalofriantes y violencia con ausencia de culpa ante las conductas destructivas que es capaz de desplegar.
● Tendencias “borderline” de gravedad extrema, que se manifiestan con irascibilidad, impulsividad, mitomanía, baja tolerancia a la frustración, incapacidad de aplazar la gratificación, sentimientos de vacío y pensamientos crónicos de suicidio.
● Comportamiento altamente sádico y rasgos paranoides marcados, con mecanismos de defensa proyectivos (porque te va a decir que sos un envidioso cuando el que siente envidia es el), desconfianza, suspicacia y sensitividad.
● Ausencia de conciencia, culpa y autocrítica respecto a su conducta. Siendo a veces intensamente agresivos y con tendencia a la ofensa si se les lleva la contraria, desencadenando la ira narcisista.
● Presencia de vínculos inestables, sin soportar otra perspectiva de la realidad, sólo la propia. Siendo ésta la que rige toda su existencia.”
 
Kernberg dice que los narcisistas patológicos tienen un sentimiento de superioridad exagerado que proviene de una condensación mental entre cómo son en realidad, cómo les gustaría ser (ideal del yo) y la integración a su auto percepción como mejores que el resto (a quienes recordemos, ven como simples objetos para satisfacer sus necesidades) Como una combinación de la representación real con la idealizada de sí mismos más la de aspectos idealizados de otros a quienes han admirado (aunque sea temporalmente). Y esa estructura se manifiesta en estas características de personalidad y en el estar centrado excesivamente en sí mismo.
Otto Kernberg destaca que los narcisistas sufren de una conducta envidiosa y de devaluación de los demás. Afirma que sufren de envidia profunda tanto consciente como inconsciente.
La envidia es una emoción universal que todos hemos sentido en algún momento bajo ciertas condiciones. Pero para estos seres este sentimiento ha tomado un carácter exagerado consciente e inconsciente y su comportamiento de devaluar a los demás tiene por objetivo protegerse justamente de la envidia.
Desprecian para no sentir que tienen que envidiar.
Para estos manipuladores, la envidia es como un acompañante casi permanente y constante. Ej: Van al trabajo y están siempre atentos y observando lo que pueden hacer los demás y lo que hace cualquier persona mejor que ellos, esto les crea un sentimiento penoso.
En su vida social hablan con “amistades” y cualquier cosa que tiene la otra persona, lo que hace, lo q no hace, los llena de una envidia profunda; los envenena. Y su vida cotidiana está teñida de envidia. Esto interfiere en el aprendizaje debido a que están tan preocupados de que otro sepa más y conozca más y comprenda más, que no pueden concentrarse en nada más que perfeccionarse para ser el mejor manipulador.

miércoles, 2 de diciembre de 2020

Entrevista en la radio sobre la venganza

 

http://www.nuevodiarioweb.com.ar/noticias/2020/12/01/274916-lic-andrea-indij--la-venganza

VENGANZA




 ¿Ojo por ojo, diente por diente?

Entender que sufriste una estafa emocional en la fase del “bombardeo amoroso”, saber que no sos el ser devaluado con el gaslighting, la triangulación, la ley del hielo, el reforzamiento intermitente, la difamación y el aislamiento; la comunicación sucia que te llevó a la disonancia cognitiva.

En muchos casos hubo agresiones físicas, en otros el abuso alcanzó tus finanzas. Frente a tanta maldad ahora conoces el odio y te sientes fuera del mundo. Te sacó del mundo porque desde que abres los ojos a la mañana hasta que logras conciliar el sueño de madrugada lo único que haces es repasar cada escena transcurrida sin dar crédito de que pueda ser cierto. Te preguntas una y mil veces: ¿es posible que sea un psicópata? ¿Es posible que esto tan tremendo me esté sucediendo a mí realmente?.

Y un día tocas fondo y ves al verdadero ser que habita tras la máscara, te cansas de preguntarte “qué calidad de vida puedo tener esperando en este infierno esos momentos maravillosos que te regala cuando se le antoja?”. Y descubres que el problema no es que tenga una enfermedad muy triste que te llevaba a la adicción a la ilusión de que un día todo se iba a acomodar y juntos lograrían un equilibrio.

Cuando todo se derrumba conoces el deseo de venganza. Sientes que tiene que existir una justicia divina y piensas “el que las hace las paga”. Entonces tu mente repasa una y otra vez las palabras que le dirás cuando lo veas, los gestos, las acciones. Puedes pasar horas rumeando el sabor de la venganza: “Lo voy a confrontar y le diré todo en la cara”.

¿Y qué crees que sucederá? Te lo decimos:

1. Negará todo: Será su oportunidad de oro para desplegar el DARVO. Te acusará a ti de ser el narcisista, y cuando intentes defenderte sin duda perderás el control.

Punto para el depredador.

2. ¿Ya le reclamaste todo el daño que te ha hecho? El resultado será idéntico al Punto 1. ¿Con qué tupé le echas algo en cara? Recuerda que los narcisistas patológicos se sienten con derecho a hacer lo que les place. Tú, eres solo una cosa que existe para satisfacer sus necesidades especiales. Eres su fuente de combustible. Una vez más se deleitará en su victoria al verte destruido.

2 puntos para el psicópata.

3. Piensas exponerlo públicamente. Que todo el mundo sepa el monstruo que es. Lo vacío que está, el ser maligno que te dejó en agonía.

Aquí sucederá lo más duro y triste de toda esta historia: comprobarás atónito que el psicópata encubierto estuvo trabajando en el entorno: dañó tu imagen, tu credibilidad estará mermada delante de terceros y encima te verás en la tesitura de tener que dar explicaciones y demostrarle tu inocencia a gente que no entiende nada de este tipo de violencia invisible. Te van a juzgar y te van a atacar.


Pero existe la verdadera venganza. La única venganza posible.

Tu venganza será la recuperación. Tú recuperación.

Estudiando el idioma narcisista, 

Estableciendo un contacto cero, 

Conquistando tu vida, 

Levantando las paredes de tu casa, 

Eligiendo un entorno sano, 

Aprendiendo a poner límites sanadores, 

Recuperando tu equilibrio emocional, 

Conociendo el camino de la paz y la armonía.

Recuperándote de las secuelas, 

Saliendo del trauma. 


Recordando que eres una persona llena de dignidad, con valores y talentos.