martes, 14 de octubre de 2014

Holocausto, Genocidio y Shoá. Sobre conceptos y definiciones.



SHOÁ

Sobre conceptos y definiciones


En esta nota pretendo delimitar algunos conceptos que erróneamente son utilizados como sinónimos.

Holocausto, Genocidio y Shoá son conceptos que merecen distinción, dado que no son sinónimos.

Constituye un error frecuente, emplear el término Holocausto para referirse a todas las acciones antijudías realizadas por el régimen nazi entre los años 1933 y 1945. Entre ellas: despojar a los judíos alemanes de su estado legal y económico durante los años  ´30, segregar y hacer morir de hambre a los judíos en todos los países ocupados; llegando a exterminar aproximadamente a seis millones de personas del pueblo judío europeo.
Sin embargo, nombrar el exterminio sistemático del pueblo judío como Holocausto encubre una significación que no refleja la dimensión ni las características de este capítulo nefasto de la historia de la humanidad.
Este término significa literalmente todo quemado. Este vocablo se utilizó tradicionalmente para referirse a los rituales ligados al sacrificio y ofrendas de animales. Holocausto es un término bíblico que significa “sacrificio por medio del fuego”, connotando rituales antiguos de naturaleza religiosa.
Muchos autores consideran que esta denominación es inaceptable, dado que el término holocausto aplicado al asesinato de los judíos a manos de los nazis implicaría que los judíos se ofrecieron voluntariamente al fuego, que era una ofrenda a la divinidad y que ello “lavaría” sus pecados. Claro está, eso no fue así. Me surge la pregunta: ¿Los judíos como ofrenda de los nazis a algún dios? ¿A qué dios?
En el Testamento Hebreo, Holocausto designa un tipo de sacrificio u ofrenda ritual.
 A causa de esta acepción es que diversos historiadores prefieren usar el término hebreo Shoá, pues nombra una acción perpetrada por seres humanos sin referenciar un acto de carácter ritual. El uso del término bíblico Shoá describe un cataclismo, un viento violento que destruye y aniquila, denota un acontecimiento indescifrable e incalificable.
El primer registro de la noción de Shoá data de 1940, Cuando el comité Unido de Ayuda a los Judíos de Polonia publicó un folleto en Jerusalén, titulado Shoat Iehudéi Polín –La Shoá de los judíos de Polonia-, en el que se incluían artículos y relatos de testigos sobre la persecución del judaísmo de Europa oriental desde el estallido de la Segunda Guerra Mundial.
En tanto que el concepto de genocidio desde sus orígenes ha sufrido diferentes formulaciones y ha planteado diversos debates en torno a su categorización, desarrollándose un campo específico de estudio: los “genocide studies”.
El término fue acuñado por Lemkin, en 1944. Se trata de un neologismo compuesto por el prefijo griego genos –raza, tribu- y el sufijo latino cidio –aniquilamiento-. Lemkin lo definió como “la aniquilación planificada y sistemática de un grupo nacional, étnico, racial o religioso, o su destrucción hasta que deja de existir como grupo”. Esto abarcaba la destrucción inmediata o incipiente de los elementos básicos de la existencia de un grupo, tales como el idioma, la cultura, la identidad nacional, la economía y la libertad de sus integrantes.
En 1948, la ONU creó la Convención para la Prevención y Castigo del Delito de Genocidio, definiéndolo como “la intención de aniquilar a un grupo étnico, nacional, racial o religioso como tal, en forma parcial o total”

Conclusión:
Holocausto, Shoá y Genocidio comparten la crueldad del hombre en contra de otros de su misma especie, pero hay diferencias conceptuales entre estos tres términos que demuestran que utilizarlos como sinónimos constituye una falacia de sentido.

Lic. Andrea Indij

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