SHOÁ
Sobre conceptos y definiciones
En esta nota pretendo delimitar algunos conceptos que
erróneamente son utilizados como sinónimos.
Holocausto, Genocidio y Shoá son conceptos que merecen
distinción, dado que no son sinónimos.
Constituye un error frecuente, emplear el término Holocausto
para referirse a todas las acciones antijudías realizadas por el régimen nazi
entre los años 1933 y 1945. Entre ellas: despojar a los judíos alemanes de su
estado legal y económico durante los años
´30, segregar y hacer morir de hambre a los judíos en todos los países
ocupados; llegando a exterminar aproximadamente a seis millones de personas del
pueblo judío europeo.
Sin embargo, nombrar el exterminio sistemático del pueblo
judío como Holocausto encubre una significación que no refleja la dimensión ni
las características de este capítulo nefasto de la historia de la humanidad.
Este término significa literalmente todo quemado. Este vocablo se utilizó tradicionalmente para
referirse a los rituales ligados al sacrificio y ofrendas de animales.
Holocausto es un término bíblico que significa “sacrificio por medio del
fuego”, connotando rituales antiguos de naturaleza religiosa.
Muchos autores consideran que esta denominación es
inaceptable, dado que el término holocausto aplicado al asesinato de los judíos
a manos de los nazis implicaría que los judíos se ofrecieron voluntariamente al
fuego, que era una ofrenda a la divinidad y que ello “lavaría” sus pecados.
Claro está, eso no fue así. Me surge la pregunta: ¿Los judíos como ofrenda de
los nazis a algún dios? ¿A qué dios?
En el Testamento Hebreo, Holocausto designa un tipo de
sacrificio u ofrenda ritual.
A causa de esta
acepción es que diversos historiadores prefieren usar el término hebreo Shoá,
pues nombra una acción perpetrada por seres humanos sin referenciar un acto de
carácter ritual. El uso del término bíblico Shoá describe un cataclismo, un
viento violento que destruye y aniquila, denota un acontecimiento indescifrable
e incalificable.
El primer registro de la noción de Shoá data de 1940, Cuando
el comité Unido de Ayuda a los Judíos de Polonia publicó un folleto en
Jerusalén, titulado Shoat Iehudéi Polín
–La Shoá de los judíos de Polonia-, en el que se incluían artículos y relatos
de testigos sobre la persecución del judaísmo de Europa oriental desde el
estallido de la Segunda Guerra Mundial.
En tanto que el concepto de genocidio desde sus orígenes ha
sufrido diferentes formulaciones y ha planteado diversos debates en torno a su
categorización, desarrollándose un campo específico de estudio: los “genocide
studies”.
El término fue acuñado por Lemkin, en 1944. Se trata de un
neologismo compuesto por el prefijo griego genos
–raza, tribu- y el sufijo latino cidio
–aniquilamiento-. Lemkin lo definió como “la aniquilación planificada y
sistemática de un grupo nacional, étnico, racial o religioso, o su destrucción
hasta que deja de existir como grupo”. Esto abarcaba la destrucción inmediata o
incipiente de los elementos básicos de la existencia de un grupo, tales como el
idioma, la cultura, la identidad nacional, la economía y la libertad de sus
integrantes.
En 1948, la ONU creó la Convención para la Prevención y
Castigo del Delito de Genocidio, definiéndolo como “la intención de aniquilar a
un grupo étnico, nacional, racial o religioso como tal, en forma parcial o
total”
Conclusión:
Holocausto, Shoá y Genocidio comparten la crueldad del
hombre en contra de otros de su misma especie, pero hay diferencias
conceptuales entre estos tres términos que demuestran que utilizarlos como sinónimos
constituye una falacia de sentido.
Lic. Andrea Indij
pasa de boca en boca sin saber,yo tampoco excelente
ResponderEliminarno se que poner
Eliminartristeza eterna
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