miércoles, 2 de junio de 2021

La ira

 

La ira es un sentimiento de resistencia a algo que está ocurriendo y no estamos dispuestos a tolerar. Es la energía del crimen, por que siempre mata algo. Pero también es el combustible de la construcción siempre y cuando podamos sostenernos internamente, comprendiendo que es una energía poderosa y canalizándola hacia algo constructivo.

Cuando se siente ira es bueno realizar acciones productivas para dirigirla, como ordenar, limpiar, caminar o lo que a cada uno le sirva. Es decir, poner en acción esa energía para algo constructivo porque si la dejamos seguir por su propia vía, si la dejamos salir, como nieve se produce una avalancha y siempre destruirá algo, nos llevará puestos.


Es normal el deseo de recibir atención, admiración y reconocimiento por parte del entorno; pero los narcisistas patológicos reaccionan con “ira narcisista” si no se les brinda la atención que demandan, por que de ese modo se les retira el combustible que necesitan para nutrir su baja autoestima y entonces buscan otro tipo de suplemento para nutrirse: las emociones negativas de sus víctimas.

De qué se trata este tipo de ira?

Son estallidos emocionales o manipulaciones pasivo-agresivas. Y la suma de la acciones que hacen para descargar su ira suele desestabilizar a la víctima. Cuando se sienten amenazados, van a utilizar todo un arsenal de recursos para herir a la persona que “provocó” su ira.


La ira como herramienta cuando no se tienen herramientas: 
Los narcisistas patológicos saben qué botones apretar para llevar al límite a su pareja. Recuerdo un caso en que el narcisista escuchaba música electrónica muy fuerte en un monoambiente y su pareja embarazada, con náuseas y agotamiento le rogaba que baje el volumen; pero el narcisista lo subía cada vez más. Cuando la pareja reaccionó con ira, con llantos, gritos de angustia e incluso insultos, el manipulador le dijo “ves que estás loca, desequilibrada mental, hacete ver, andá al psiquiatra”, “estás del tomate”.

La persona que expresa la ira se siente muy mal consigo misma, siente que no es una buena persona y queda desregulada a nivel emocional. 
Lo que ocurre en una relación con un narcisista patológico es que la víctima actúa la violencia de su agresor. En el ejemplo de este relato, el estallido emocional de la embarazada fue inducido adrede por el sicópata para poder acusarla de loca, hacerla sentir mal y manipularla con mayor facilidad en el futuro. Sumado al combustible de primer nivel que implica el estallido de ira de la víctima y del cual el narcisista se alimenta.


Luego de un ataque de ira, la víctima se siente fatal. No se reconoce a sí misma. Piensa que algo muy malo está pasando con ella. Y siente culpa.
Otra vez más estamos ante el golpe maestro del manipulador que juega a ser la víctima de su víctima.


La víctima no logra imaginarse ni por un segundo que ese estallido emocional fue un atisbo de la salud mental que el narcisista ansía quitarle. Esas reacciones demuestran que todavía no tiene el “síndrome de la indefensión aprendida” en donde los damnificados pierden todo tipo de esperanza y se sobreadaptan al maltrato del agresor.


Las víctimas deben saber que adrenalina de la discusión es adictiva, para el sicópata y para la víctima.

Es imposible poder resolver el conflicto con un sicópata sin el reclamo iracundo por eso la única salida es el contacto cero.


La virtud de la ira es la paciencia. Y si bien es difícil tener paciencia en el momento de la ira, recordemos que la toda paciencia debe terminar cuando comienza el abuso. Por eso remarcamos tanto que la salida de estas situaciones es el contacto cero.


Abrazarse a uno mismo con los brazos y el corazón y perdonarse, ahí empieza la recuperación.


Lo que nos lleva a sentir ira siempre es una señal muy valiosa, lo que nos daña es darle rienda suelta a esa ira.

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