Según la Kabalah (la mística hebrea), la difamación "mata" a tres personas: A aquél de quien se habla, porque se arruina su reputación. Al que habla difamando, porque transgrede y desciende espiritualmente. Al que escucha la difamación, porque le provee al que habla la oportunidad de hacer tanto daño.
La persona narcisista va a ir ensuciando a su víctima por todos lados y esto es literal. Lo hará de manera abierta y también encubierta. Va a implantar información falsa sobre la víctima y también tomara sus vulnerabilidades y las utilizara para transformarlas en defectos de carácter que justifiquen y demuestren que ella es la damnificada.
No escatimara en la utilización de recursos tecnológicos y va a expandir la difamación a través de los grupos de WhatsApp, y en todas sus redes sociales. Si viaja por el mundo, se ocupará de llegar a los entornos más preciados de su presa para contarles que la persona que ellos conocen no tiene nada que ver con lo que piensan y recuerdan del pasado. Para esto harán alianzas y coaliciones, es decir que se unirán con otras personas que probablemente antes hayan sido del círculo más íntimo de la víctima. Traspasando todos los límites y fronteras, van a acusar a la persona de algo que ellos mismos están haciendo, y de esta manera lograran despistar a los oyentes.
De todas las técnicas de manipulación, la difamación es la que mejor funciona para enfermar al entorno. Cuando la difamación es muy evidente, lo que quieren lograr es el estallido emocional de la presa que seguramente va a reaccionar con ira y así se aseguran demostrar que son ellos los damnificados, señalando ese desborde como una reacción violenta y desmesurada, cuando es lógico que alguien se quiera defender de las calumnias e injurias; pero el entorno no lo percibe ya que la telaraña se fue tejiendo con mucha anticipación al ataque con la difamación encubierta.
La víctima suele ser la última en enterarse.
Es por todo el entorno fallido que la persona difamada se siente destruida, confundida, deprimida y sumamente sorprendida con la reacción de sus familiares y allegados. El impacto de la difamación es profundamente doloroso y destructivo. Si la persona dañada solía ser muy ingenua, no sabrá cómo defenderse y esta técnica será fulminante.
Lo más devastador de todo es cuando la víctima intenta hablar con sus seres queridos y se encuentra con que nadie la quiere escuchar, no la entienden, no le creen y le dan la espalda (esto es debido a la difamación encubierta). Le argumentan que prefieren no meterse, y que les molesta la actitud que está teniendo de querer hablar así del abusador, a quien ven como la verdadera víctima. Para el entorno enfermo, la persona comienza a ser una verdadera molestia, y prefieren seguir vinculándose con el narcisista que les ofrece momentos más divertidos, interesantes y convenientes.
Queremos hacer énfasis en la respuesta del entorno, porque muchas víctimas coinciden en que es lo más doloroso de todo este ciclo y un factor fundamental para facilitar el abuso. Es tan devastadora la sorpresa y la inminencia de la víctima cuando sus seres queridos le sueltan la mano que el daño se vuelve irreparable. La mayoría de las víctimas no quieren venganza, solo piden ser comprendidas. Pero eso no sucede. En cambio, la reputación de la presa ya está dañada, sucia frente a todo su círculo y en todas las áreas de su vida ya que la persona narcisista fue expandiéndose por todos los rincones, desplegando su lengua bífida con saña. ¿Cuál es el resultado? El AISLAMIENTO:
Por un lado tanta difamación hizo que muchas personas se alejen de la víctima y por otro lado, la damnificada se va alejando del entorno fallido que no le proporciona contención ni apoyo y que incluso llega a cuestionar su versión de los hechos, acusándola de sobredimensionar, exagerar y tergiversar los acontecimientos. La re victimizan negando su experiencia. Ej.: "son dos adultos que se caen mal". Como si fuese responsabilidad de ambas partes el ataque perturbador que sufre la víctima, que monotemática, es invadida por ideas obsesivas debido a la agresión permanente que el entorno no percibe.
Sin duda alguna, esta técnica hace mucho daño, la difamación puede romper vínculos que se fueron construyendo por años. Es desesperante darse cuenta de la difamación porque hay un cambio en el ambiente, que se vuelve más pesado. Y encima el difamado no puede defenderse porque ni sabe que están diciendo mentiras sobre él.
Son pocos los amigos que se acercan a contar lo que psicópata dijo. Las personas que muestran su lealtad en ese momento serán valiosas por siempre.
Los demás, estarán bien perdidos.
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