“Lo que niegas, te somete. Lo que aceptas te transforma”. C. G. Jung.
Hace pocos días estrenaron en Netflix la película “Crímenes de familia”. En una escena reveladora, una psicóloga declara en defensa de su paciente lo siguiente (perdón si hago spoiler): “(…) estos hechos suceden en estado de angustia extrema”; “muchas veces la madre no se acuerda lo que ha sucedido”. “La madre se convence de que algo no sucedió por un temor muy grande a las consecuencias que un hecho puede tener aun existiendo síntomas demasiado evidentes”.La negación es una defensa del psiquismo ante situaciones que el Yo no tolera. A veces se necesita tiempo y trabajo psíquico para dejar caer la defensa sin un daño emocional.
En la misma película, la psicóloga continúa: “La negación es un mecanismo de defensa natural que utilizamos todos. Es el mismo que utilizamos usted y yo para evitarnos la angustia que nos provoca saber que nos vamos a morir (...) la persona en estado de shock es capaz de anular toda capacidad de raciocinio o de distinción moral”.
En la escena siguiente podemos ver a la protagonista sobornando a un abogado penalista para hacer desaparecer un expediente que incrimina a su hijo sociópata. No todos los seres humanos comparten el mismo sistema de valores y tampoco encontraremos un consenso acerca de lo que es universalmente aceptable o inaceptable para vincularse. Con esto queremos dar a entender que no todos los padres, hermanos y demás familiares de un narcisista patológico van a ser iguales a él, aunque en muchos casos sí son facilitadores de un entorno propicio para los abusos.
Es frecuente que los narcisistas patológicos no muestren sus características psicopáticas dentro del núcleo familiar. También puede ocurrir que esta manera de ser en la vida esté acompañada por otras psicopatologías como por ejemplo adicciones o trastornos del estado de ánimo. Como la ilusión de los seres queridos es que con ayuda psiquiátrica, los narcisistas puedan cambiar, entonces hacen atribuciones incorrectas sobre algunos comportamientos inapropiados, solapando las actitudes abusivas.
Es por esto que los familiares son los últimos en enterarse que detrás de algunos trastornos se esconden personalidades extremadamente dañinas. Son satélites que giran en torno al sol, a un “Sol Negro”.
El familiar de un manipulador patológico suele desarrollar enfermedades psicosomáticas, debido a la codependencia que tiene con el miembro abusador. Hay muchos casos en donde estos seres cercanos pierden su dinero intentando solucionar los problemas del depredador. Llegando a veces a la vejez sin el patrimonio del trabajo de toda una vida que se vuelve irrecuperable.
Es importante que la víctima se aleje no solo del abusador; sino también de todo el entorno familiar del mismo que sigue bajo la negación; para evitar ser sometida a la luz de gas secundaria.
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